La propaganda norcoreana informó este jueves de que el líder Kim Jong-un ha supervisado la prueba de un nuevo arma táctica, un gesto que puede ir destinado tanto al público doméstico como a Washington tras un nuevo atasco en el diálogo sobre desarme.
La agencia KCNA explicó que el líder «guió y presenció» el ejercicio, realizado el miércoles por la Academia de las Ciencias de Defensa.
No se precisó el lugar donde tuvo lugar la prueba, algo ya habitual en Corea del Norte, y la nota se limitó a decir que se trata de un «nuevo tipo de arma táctica guiada».
Las armas tácticas son armas de corto alcance diseñadas para ser usadas sobre el campo de batalla en escenarios de combate.
KCNA habla de un arma con «vuelo guiado» capaz de cargar una «cabeza armada» por lo que podría tratarse de un misil de crucero, un proyectil de corto alcance cuyo uso por parte de Corea del Norte no sancionan ninguna de las resoluciones de Naciones Unidas.
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano indicó a Efe que los responsables militares en Seúl «aún están analizando» lo acontecido.
Kim dijo que «el desarrollo de este sistema sirve como un evento de importante peso a la hora de incrementar las capacidades de combate del Ejército Popular» y señaló que «los científicos y trabajadores de la industria de munición realizaron otro gran trabajo», según KCNA.
Se trata de la primera vez que Kim supervisa un test de armamento desde el pasado noviembre, cuando la propaganda norcoreana también informó de que estuvo presente para las pruebas de otra arma táctica (probablemente un sistema de artillería) de la que no se ofrecieron más detalles.
En esas fechas, en las que el diálogo con EE.UU. también se mostraba estancado, el gesto pareció estar destinado a subrayar al público doméstico la buena preparación del Ejército en materia de defensa nacional.
Aun así, la prueba de un arma de corto alcance también puede servir como tirón de orejas para Washington tras la fallida cumbre de Hanói entre Kim y el presidente de EEUU, Donald Trump, que ha dicho estar muy satisfecho con el hecho de que Pionyang no haya probado misiles balísticos ni armas atómicas en año y medio.
Ante la falta de acuerdo sobre un proceso para desnuclearizar Corea del Norte y un levantamiento de sanciones correspondiente, Pionyang llegó a sugerir que estudiaba romper el diálogo e incluso retomar pruebas de misiles o nucleares, aunque Kim afirmó la semana pasada ante el Parlamento que está dispuesto a reunirse de nuevo con Trump.