AGENCIAS-WASHINGTON
El presidente de EEUU, George W. Bush, reconoció ayer, por primera vez, que debió haber mandado más tropas a Irak y dijo que enviará 21.500 soldados más para combatir a los insurgentes.
El presidente dijo que la violencia en Irak «ha dejado en nada los avances políticos» en ese país y que la estrategia de los insurgentes de instigar un conflicto sectario con ataques contra los chiíes «ha funcionado». «La situación en Irak es inaceptable para los estadounidenses y es inaceptable para mí», dijo Bush desde la biblioteca de la Casa Blanca.
El presidente admitió que su país ha cometido errores en Irak y aseguró que en esos casos «la responsabilidad es mía». Con ese preámbulo, el presidente pasó a explicar el cambio en la estrategia en, que se esperaba desde después de la victoria demócrata en las elecciones legislativas de noviembre en EEUU, debida en gran parte por el cansancio de los votantes con la guerra.
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, y el jefe del Pentágono, Robert Gates, trataron de convencer ayer a la nueva mayoría demócrata en el Congreso y a algunos republicanos para que apoyen el envío de más tropas a Irak.Para hacer frente a este conflicto y a los retos que puedan presentarse en un futuro, el secretario de Defensa anunció que propondrá al presidente aumentar las fuerzas armadas del país en 92.000 soldados e infantes de marina en un plazo de cinco años.
El objetivo, dijo, consiste en «incrementar la capacidad de combate» con vistas a poder dar respuesta rápida a situaciones como la que hoy se plantea en Irak.
Sus argumentos no han conseguido cambiar la opinión de algunos senadores, como el presidente del Comité, el demócrata Joseph Biden, quien considera el plan del presidente «un error trágico». Tampoco lo apoya el líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Harry Reid, quien manifestó que «poner más tropas de combate en medio de una guerra civil iraquí es un grave error».