El proceso de paz entre israelíes y palestinos dispone de una «gran oportunidad» de éxito, afirmaron el presidente de EEUU, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, tras una reunión dominada por Oriente Medio e Irak. En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Bush se ofreció a implicarse más en el proceso de paz entre israelíes y palestinos y se mostró mucho más optimista que en ocasiones anteriores.
Según Bush, «disponemos de una gran oportunidad para establecer un Estado palestino» tras la muerte del presidente Yaser Arafat, al que consideraba un obstáculo para la paz. Tras ser reelegido presidente el pasado día 2, «tengo la intención de usar los próximos cuatro años para utilizar el capital (político) de EEUU en un Estado» palestino próspero y democrático, aseguró Bush, quien en su primer mandato recibió numerosas críticas por abandonar «de facto» el proceso de paz. «Me gustaría verlo (un Estado palestino) en cuatro años. Creo que es posible», declaró el presidente.
Pero Bush dejó claro que el empuje que está dispuesto a dar dependerá mucho del liderazgo palestino que emerja. Los nuevos dirigentes palestinos tendrán que demostrar con los hechos que están dispuestos a apoyar un Estado que no sólo sea independiente, sino también pacífico y democrático. Esa, insistió, es «la única manera» de conseguir la paz entre israelíes y palestinos. El presidente no descartó la posibilidad de nombrar un enviado especial para la zona o de celebrar una conferencia de paz para Oriente Medio, una propuesta abanderada por Blair.
Ambos líderes, estrechos aliados en Irak, centraron su atención también en los acontecimientos en el país árabe e insistieron en la importancia de las elecciones de enero como paso clave para derrotar al terrorismo. Los comicios serán «un golpe devastador a las fuerzas del terrorismo, y los terroristas lo saben», afirmó Bush, quien admitió que «según se acercan las elecciones, la desesperación de los asesinos aumentará y la violencia puede crecer».