La Comisión Europea da marcha atrás y finalmente autorizará ayudas a las aerolíneas europeas para que salgan de la crisis excepcional causada por los atentados del pasado 11 de septiembre y propondrá endurecer los controles de seguridad en los aeropuertos. «Lo que vamos a hacer es legal», avisó la vicepresidenta de la Comisión y responsable de la cartera de Transportes, Loyola de Palacio. En cambio, afirmó que «diremos que no» a las ayudas de Estado con carácter general. La comisaria presentó varias propuestas legislativas destinadas a proteger a las empresas de transporte aéreo de las consecuencias de una situación «extraordinaria». De Palacio mencionó la prórroga hasta fin de año del apoyo estatal a la cobertura de seguros por riesgos de guerra o terrorismo que aprobaron los ministros de los Quince para una duración inicial de un mes. La comisaria dijo que se planteará la creación eventual de un fondo para complementar el pago de indemnizaciones por ese tipo de situaciones en el caso de continúe esta situación especial.
Bruselas ha advertido de que las ayudas previstas no se podrán emplear como «pretexto» para reparar las «graves» dificultades que tengan las aerolíneas desde hace «meses o años». Las aerolíneas podrán beneficiarse de las cláusulas previstas en la normativa comunitaria en situaciones excepcionales pero la Comisión Europea dijo que vigilará que las ayudas «se apliquen sin restricción y de manera uniforme a todas las compañías en un mismo Estado miembro». Otra de las medidas afecta a la atribución de «slots» (derechos de despegue), que tendrá en cuenta el hecho de que algunas compañías que no hayan podido utilizarlos no los perderán por considerar que hubo circunstancias de fuerza mayor que les han obligado a ello.
La Comisión anunció la presentación de una propuesta para que los Quince tengan normas comunes sobre seguridad aérea. Por primera vez, la Unión podrá disponer de reglas unificadas sobre control de equipajes facturados y de mano, sobre requisitos técnicos de dispositivos de control, formación de personal o de protección dentro de un avión. Las medidas afectan a la clasificación de armas que no pueden transportarse en una aeronave, la formación técnica de las tripulaciones, el control de equipajes facturados y de mano, la protección del acceso a la cabina de pilotaje, del personal en tierra o las características de las terminales de los aeropuertos. Se proponen especificaciones técnicas sobre equipos de rayos x, el control del acceso a las distintas zonas de los aeropuertos, el mantenimiento de áreas «estériles» o cómo manejar a los pasajeros considerados «de riesgo».
Además, Loyola de Palacio afirmó que en una Unión Europea que tiende a integrarse en todos los terrenos, sólo cuatro o cinco aerolíneas internacionales sobrevivirán a las reestructuraciones para alcanzar dimensiones comparables a las de Estados Unidos. En una entrevista publicada hoy por «Libération», de Palacio se quejó de las resistencias de los Estados a la concentración de empresas en el sector aéreo y a la desaparición de las compañías de bandera.