Aznar y Arafat, que estudiaron la situación del proceso de paz en la zona tras las nuevas circunstancias políticas derivadas de las elecciones en Israel y Estados Unidos, se reunieron ayer durante más de una hora en El Cairo, donde ambos se encuentran para mantener entrevistas, por separado, con el presidente egipcio, Hosni Mubarak. En una breve comparecencia posterior ante los periodistas, ambos recordaron la importancia de la Conferencia de Paz de Madrid celebrada en octubre de 1991 y Aznar reiteró su compromiso de mantener el «acervo sustancial» de lo conseguido desde entonces en ese proceso, de modo que se pueda trabajar sobre bases sólidas para asentar una paz definitiva.
De esa labor forma parte, según Aznar, su entrevista de ayer con Arafat, así como la que mantendrá hoy con Mubarak y las conversaciones de mañana en Israel, que enmarcó en un proceso de «reflexión e impulso», en un momento en el que es necesario «evaluar las circunstancias y reflexionar sobre las propuestas de futuro». «Espero y deseo que la voluntad y determinación de los principales protagonistas, unida a la aportación de todos aquellos que deseamos que el proceso siga adelante, pueda abrirse camino en el futuro inmediato», añadió.
Preguntado por la posibilidad de que en la entrevista que mantenga mañana con el nuevo primer ministro israelí, Ariel Sharon, le traslade algún planteamiento de Arafat, Aznar recordó que el líder palestino y el jefe del Gobierno israelí ya han mantenido conversaciones directas. Ahora, subrayó, «de lo que se trata es de reflexionar conjuntamente y determinar qué es aquello que se puede aportar», dentro de las «circunstancias políticas nuevas», para preservar el «acervo» y seguir avanzando. Además, recordó que él tiene «cierta querencia» a la discreción y cree que esta actitud contribuye también «a que las cosas importantes puedan avanzar».