El ataque de Hizbulá se produjo a las doce del mediodía, hora local (una hora menos en España), en el castillo de Beaufort, en el límite del sector central de la franja, donde se encontraba una unidad del Ejército israelí. Desde principios de año son siete los soldados israelíes muertos en la región a manos de la milicia, que a la que apoyan Beirut, Damasco y Teherán.
Por la noche, Hizbulá se infiltró «en profundidad» en la franja -según afirmó la propia guerrilla" y colocó un artefacto explosivo de control remoto, que hizo explotar al paso de una patrulla del Ejército del Sur del Líbano (ESL), hiriendo a uno de los combatientes de esta milicia auxiliar de Israel.
La respuesta de Israel fue primero militar, con un ataque masivo por aire y tierra: menos de una hora y media después, según la Policía libanesa, varios aparatos israelíes dispararon los dos primeros misiles aire-tierra contra los alrededores de la localidad de Maifadun, cercana al sector central de franja ocupada. Al mismo tiempo, dos misiles aire-tierra caían en las cercanías de la aldea de Wadi Kfur, también fronteriza con el sector central.
«Responderemos con ataques muy dolorosos en territorio libanés cuando y como queramos», confirmó después en televisión el primer ministro Barak. Por la mañana, el Gobierno ya había llamado a consultas a su delegación en el Comité de Vigilancia del Alto el Fuego en Líbano Sur, acusando a Hizbulá de haber violado de nuevo los acuerdos de abril de 1996.
Los copresidentes estadounidense y francés del Comité habían anunciado anteriormente en un comunicado el abandono de la delegación israelí y la anulación de la reunión de Naqura. Sin embargo, el Ejército israelí aseguró, en otro comunicado, que la delegación se fue cuando el encuentro ya había comenzado. El Comité debía estudiar dieciséis demandas "doce libanesas y cuatro israelíes" relativas a los acuerdos de 1996, por los que las partes en conflicto se comprometían a no atacar a la población civil de ambos lados de la frontera israelo-libanesa.
Además, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, advirtió a Siria que será responsable del fracaso de las negociaciones de Paz si no pone fin a las «agresiones» de Hizbulá, en una carta remitida al secretario general de la ONU, Kofi Annan, fechada el pasado 9 de febrero.