Hasta el último momento, Santa Margalida fue uno de los enclaves en los que el pacto no estaba decidido. Sin embargo, ‘in extremis', el Partido Popular y Convergència decidieron llegar a un acuerdo para compartir equipo de gobierno durante los próximos cuatro años y entregar la Alcaldía a Joan Monjo los dos primeros.
El líder de Convergència, que ya es un histórico de la política de Santa Margalida, consiguió reeditar el pacto con el PP, aunque esta vez con los roles cambiados. El paso al frente de los ‘populares' el 28-M los colocó en una posición principal a la hora de negociar. Sin embargo, la buena sintonía entre ambos ha evitado las dificultades a la hora de definir una línea de ruta. Monjo optó por la improvisación a la hora de elaborar su discurso y no dejó indiferente a nadie. «Son los mismos resultados que en las últimas elecciones pero una serie de factores han jugado en nuestra contra. Sin embargo, estamos satisfechos con los 1.700 votos obtenidos que nos permiten alargar el proyecto», valoró.
Monjo puso en valor el pacto con el Partido Popular para trazar una hoja de ruta conjunta con la dirección autonómica. «Esta vez con la ayuda del Govern podremos dar luz verde al emisario submarino en Can Picafort y mejorar la carretera hasta Llubí», dijo el alcalde.
Por su parte, Martí Torres quiso valorar la predisposición de todos por mejorar Santa Margalida y agradeció a los votantes la confianza depositada para terminar siendo la lista más votada. «Fueron unos resultados electorales brillantes y esperamos devolver la confianza», comentó.
La oposición está formada en santa Margalida únicamente por el PSOE de Francisco Bergas y tres regidores más que habían propuesto pactos de cooperación hasta el último momento. «Tendemos la mano a cualquier iniciativa para ayudar a los ciudadanos de Santa Margalida, pero es el pacto de siempre y que hará lo de siempre», comentó Bergas en su discurso tras presentar su candidatura a la Alcaldía solamente apoyada por los integrantes de su formación.