Promete ser una de las citas electorales más disputadas de los últimos tiempos: nadie osa poner la mano en el fuego sobre quién será el ganador en las elecciones de este domingo en Barcelona, en las que el gran volumen de indecisos acabará de decantar la balanza, tras una campaña sin la crispación de 2019.
Algunas encuestas -como las de El Periódico y El País- pronostican que el vencedor será el socialista Jaume Collboni, otras -como las del CIS y del diario Ara- otorgan la victoria a la alcaldesa y candidata de BComú a la reelección, Ada Colau, incluso hay alguna que sitúa en cabeza al alcaldable de JxCat, Xavier Trias, pero todas coinciden en que el triunfo se decidirá por un estrecho margen.
A principios de semana, el CIS publicó una encuesta flash que anunciaba con elocuencia que el 25,5 % de los ciudadanos decidirá durante la campaña a quién votar en las elecciones municipales de este domingo y un 14 % lo hará en los dos últimos días: los indecisos tienen, pues, el poder para dictar sentencia.
Cuando el pasado 23 de enero Collboni dejó el cargo de primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona para concentrarse en preparar la campaña, quedó inaugurada la batalla política entre quienes, en la recta final hacia las elecciones del 28 de mayo, se perfilan como los dos grandes aspirantes a la alcaldía de la ciudad.
No ha sido una campaña especialmente tensa, ni -salvo excepciones- caracterizada por las salidas de tono, pero a medida que pasaban los días Colau y Collboni han ido elevando el tono, buscando el cuerpo a cuerpo: la alcaldesa pide el voto útil progresista para evitar que sus socios acaben prefiriendo pactar con la derecha, mientras que el candidato del PSC se reivindica como abanderado de una «nueva etapa» que entronque con la tradición de alcaldes socialistas en la ciudad.
La desaparición del procés de la agenda política catalana, sobre todo tras saltar por los aires la coalición de Govern entre ERC y JxCat el pasado octubre, se ha traducido en una estrategia de los partidos soberanistas que ha dejado en un segundo -o incluso tercer- plano la expectativa de la independencia, una cuestión que, con el 1-O aún muy reciente, marcó la campaña de hace cuatro años.
El candidato de ERC, Ernest Maragall, ganador en votos en 2019 y ahora con unas previsiones a la baja que los sitúan en cuarto lugar en los sondeos, ha puesto el foco en sus propuestas sociales para Barcelona, mientras que Trias -que ha ocultado las siglas de su partido, JxCat, y solo se ha dejado fotografiar con cuentagotas al lado de dirigentes como Laura Borràs o Jordi Turull- ha prescindido aún más de los mensajes independentistas y se ha centrado en ofrecerse como auténtico «cambio» frente al modelo de Colau.
La campaña arrancó con la polémica por los okupas del barrio de la Bonanova de Barcelona, que PP, CS, Valents y Vox aprovecharon para arremeter contra el gobierno municipal de comunes y socialistas, aunque el tema se fue deshinchando con el paso de los días. El PP, ahora con Daniel Sirera como cabeza de cartel en Barcelona, aspira a mejorar resultados -en 2019 obtuvo solo dos ediles- y absorber parte de los votantes que, según las encuestas, abandonarán a CS -su candidata, Anna Grau, pugna por no quedarse fuera del consistorio-; Valents -con Eva Parera- también podría irse de vacío el 28M, mientras que Vox tiene muchos números de entrar en el ayuntamiento, de la mano de su alcaldable, Gonzalo de Oro.
Ante la reñidísima disputa por la primera plaza en la 'foto finish' del domingo, los primeros espadas de los partidos con más opciones acompañarán este viernes por la tarde a sus alcaldables por Barcelona en sus mítines finales de campaña.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, además del primer secretario del PSC, Salvador Illa, arroparán a Collboni en el Pabellón de la Vall d'Hebron; la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, hará piña con Colau en el Parque de Sant Martí; el presidente catalán, Pere Aragonès, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, subirán al escenario junto con Maragall. La excepción: Xavier Trias cierra campaña en Gràcia sin la compañía de Turull o Borràs.