Inquietud y asfixia entre los transportistas pitiusos

La patronal manifiesta su preocupación por el incremento de las tarifas que están asumiendo, que se sitúan entre el 50% y el 115% con especial incidencia en rutas clave como es Valencia-Eivissa

Transporte

Los transportistas se enteraron de la última subida de tarifas el 27 de mayo y la tuvieron que aplicar el 2 de junio

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La Agrupación Empresarial de Mercancías de Balears de la Federación Empresarial Balear de Transporte (FEBT) ha lanzado la voz de alarma sobre el alza de las tarifas que tienen que asumir estos transportistas. En este sentido, explican que el incremento de tarifas por parte de las navieras en algunos casos podrían incluso superar el 100% en el 2025. «Estos incrementos parece que se debe a diversos factores (fiscales, operativos y de incremento de costes propios de las navieras) y están generando un notable impacto en el tejido empresarial del transporte», según afirman.

Los incrementos tarifarios oscilan, siempre según los datos aportados por esta patronal, entre el 50% y el 115%, «con especial incidencia en rutas clave como es la de Valencia-Eivissa, en la que se estima una subida media del 80%». Se trata de una «evolución, de carácter claramente inflacionista, que repercute directamente en el conjunto de la cadena logística y, en última instancia, en el ciudadano, quien percibe un encarecimiento del producto, cuando en realidad lo que ha aumentado es el coste del transporte, no el valor del bien en sí».

Esta patronal prosigue explicando que a esta tendencia que han detectado se suman otros «problemas operativos en puertos como Valencia y Barcelona, donde se siguen produciendo esperas y retrasos en el embarque de mercancías», lo que dificulta la planificación de las empresas transportistas y provoca demoras en la llegada de productos a Balears, «afectando al comercio local, al consumidor final y a la competitividad de las empresas de Balears».

José Raya, presidente de la Asociación de Transportistas de la Pequeña y Mediana Empresa de Eivissa y Formentera (Pimeef), asegura que estos incrementos tarifarios por parte de las navieras vienen de la tasa conocida como ‘zona seca’. «Se paga por metro y por trayecto y supone otro coste más que añadimos al flete. Con los márgenes con los que trabajamos, al cliente sólo le repercutimos una pequeña parte», precisa. En este sentido, los precios que se acordaron con los clientes a principios de este año ya se tuvieron que modificar en enero y en marzo se tuvieron que volver a tocarlos y actualmente, otra vez. «La gente está enfadada y se nota cuando llamas para comentar algo sobre precios», insiste. Este tercer incremento de precios registrado este año está empezando a poner en aprietos la viabilidad de las empresas.

En el caso de Eivissa y Formentera, Raya asegura que los precios en el transporte de mercancías pueden haber subido un 10% desde comienzos de año, mientras que se han incrementado hasta un 25% los precios de las navieras. «De esta última subida nos enteramos por sorpresa el pasado 27 de mayo y la tuvimos que aplicar el 2 de junio. Las mercancías deben llegar a Eivissa y uno, como cliente, puede cambiar de empresa, pero es que ésta otra, también, le aplicará la subida», lamenta Raya, quien puntualizó que el flete supone el 40% del coste total de una mercancía.

Todavía está en el aire la duda de si estos incrementos tarifarios tienen que ver con la afirmación que hicieron las navieras hace semanas sobre la entrada en vigor de la regulación de entrada de vehículos a Eivissa: que implicaría un incremento en el precio de los billetes y podrían verse afectadas las líneas. Las principales navieras que operan con las Pitiüses, por su parte, explicaron que el coste de sus pasajes es algo dinámico y que responde a diversos factores como la oferta y la demanda, la antelación, el tipo de barco o las fechas del viaje o bien sus competidores.

Otra de las inquietudes del sector en relación a las navieras es la «creciente concentración de la operativa y la aparente falta de ampliación de flota por parte de algunas navieras en un contexto de demanda creciente». En este sentido, recuerdan que existe la «práctica de compartir carga entre compañías en función de la disponibilidad de bodega sin incrementar capacidades», lo cual está provocando «demoras recurrentes y acumulación de vehículos a la espera de embarque». A su vez, esto conlleva una gran dificultad para la planificación logística «y la continuidad del servicio para los operadores de transporte».

LLAMAMIENTO. La patronal FEBT pide a las navieras y al Govern «que se vigilen de cerca estas prácticas y se reoriente la política operativa hacia una mayor transparencia, equilibrio competitivo y mejora del servicio». En este punto recordaron que Balears depende «por completo de su conectividad marítima para el abastecimiento de productos y suministros y que unas malas prácticas comerciales por parte de quienes ostentan una posición dominante en el transporte marítimo pueden tener efectos devastadores sobre la economía insular», al tiempo que se ponen a disposición «con las autoridades competentes» para el análisis de esta situación y para buscar soluciones «que garanticen un transporte marítimo justo, eficaz y sostenible para todos los operadores y para el conjunto de la ciudadanía».

TACÓGRAFO. El presidente de los transportistas pitiusos también señala otro problema al que tienen que hacer frente, como es el uso del tacógrafo. En el caso de las Pitiüses, hay profesionales del transporte que están asumiendo multas de hasta 10.000 euros al mes. Cabe recordar que en el año 2022 los transportistas de Eivissa expresaron su indignación al conocer la publicación de un Real Decreto que actualizaba las excepciones del uso del tacógrafo en todo el Estado.

En Mallorca, Menorca y Eivissa (sólo Formentera quedó libre) los transportistas deberían seguir utilizando este aparato, a pesar de las dimensiones territoriales de las islas y de que la normativa europea permitiría no usarlo en territorio ibicenco. «Si un camión sube a un barco a las 21.00 horas, llega a Eivissa de madrugada y el conductor se dirige al polígono para descansar unas horas más, el tacógrafo indica después que durante ese periodo se ha movido el camión y, por lo tanto, el tiempo de descanso es insuficiente. El tacógrafo se está utilizando como una herramienta de recaudación, no para el control de las horas de descanso», expresó. En este punto es preciso recordar que el pasado mes de marzo, el PP presentó en el Congreso una enmienda a la Ley de Movilidad Sostenible para poder aplicar la excepción al uso del tacógrafo en la isla de Eivissa, una reivindicación histórica de los transportistas que, por el momento, sigue sin atenderse.

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