Tras repetir Rigoberta Bandini -tanto en cartel como en éxito de convocatoria- la catalana Bad Gyal lo ha vuelto a hacer un año más en el Mallorca Live. Y tiene mérito volver a ser uno de los reclamos del cartel. Si Iggy Pop es un icono del rock, el padrino que se dice, Bad Gyal lo es de las nuevas generaciones. Con La Joia ya en el mercado desde hace un año, la artista regresa al festival de Magaluf con un proyecto más consolidado, con canciones que hacen de insultos clásicos grandes alegatos de la vida, como Zorra o Chulo.
Sus éxitos cosechan discos de platinos y de oro, además con colaborciones de otros músicos como Karol G, Sean Paul, Tokischa, Young Miko o Rauw Alejandro, reafirmándose como una de las propuestas a tener en cuenta de la escena nacional, pero tambien internacional. Bad Gyal ha hecho, de nuevo, bailar al público mallorquín con algunos de los hits más icónicos de los últimos años como Fiebre, Alocao, Zorra, Chulo o Bota Niña. Quien dice bailar dice perrear, como dicen ahora los jóvenes. Porque es imposible escuchar a la catalana sin mover caderas y todo músculo que se pueda. Y es que Bad Gyal no es una simple artista, sino que se ha convertido en un concepto, ¿una marca? Sí, una marca -recordemos cuando fue la gran protagonista del anuncio de Estrella Damm, precisamente en el verano en que vino al Mallorca Live-, pero a nivel musical también.
Es innegable que Bad Gyal representa a muchas jóvenes de hoy, su show es una gran prueba de ello. Sobre todo ellas son las que bajan hasta el suelo con Chulo, gritan orgullosas que son despechadas sí, pero es que hay mucho mal hombre por el mundo y ellas tienen mucho que ofrecer. Porque, como avisa Bad Gyal, solo hay una Bad Gyal, la real, y lo otro son copias.
Cuando sucede Bad Gyal la noche no es tan joven como ella, pero lo es si tenemos en cuenta que quedan algunas horas de buena música. Y no es para menos. El dúo de DJs y productores Elyella cerrará la velada o, mejor dicho, arrancará el domingo de resaca asegurada -emocional, etílica o lo que se quiera- con sus temazos, que nos hicieron bailar cuando la pandemia, en casa, como Que nada nos pare, auténtico himno del confinamiento ya lejano y distópico y que, sin embargo, fue. La pareja nos recuerda que es un placer seguir vivos, a pesar de todo. Y quién sabe que nos deparará el Mallorca Live el año que viene, en 2026. O la vida...
Reina del perreo. Nada más que añadir.