El dramaturgo y director Miquel Mas Fiol (Sa Casa Blanca, 1996) se estrena en el Teatre Lliure de Barcelona por todo lo alto: no con una, sino con tres obras. El prestigioso espacio escénico, regentado actualmente por Julio Manrique, programa la Trilogia de la Condició Millenial del mallorquín, formada por Càndid o l’optimisme, Les penes del jove Werther y Els miserables, basadas en textos de Voltaire, Goethe y Víctor Hugo, respectivamente. La tríada llegará al Espai Lliure del 5 al 16 de noviembre.
Lo novedoso, explica Mas Fiol, es que los días 5, 6 y 7 se representarán las piezas, por separado, de forma consecutiva para, a continuación, el fin de semana siguiente, se llevará a cabo un maratón de las tres obras juntas, con un pequeño descanso entre ellas, llegando así a una duración de cuatro horas y media de espectáculo. La propuesta recuerda a L’herència, una suerte de experimento teatral de siete horas, dos partes y seis actos, basada en el texto de Matthew López y dirigida por Josep Maria Mestres.
La fórmula de las tres piezas es la misma: basándose en un clásico de la literatura universal erige un montaje libre, en clave de autoficción a partir de la «improvisación» de la vida del actor que protagoniza la obra en cuestión y, por último, pone énfasis en una temática de interés para su generación. De esta manera, Càndid o l’optimisme parte del texto de Voltaire, se nutre de la biografía de Lluís Oliver y aborda la «tiranía de la felicidad, la happycracia». En el caso de Les penes del jove Werther, de Goethe, la protagonista es la actriz Mel Salvatierra y la propuesta ahonda en la «mercantilización de la tristeza, cómo esa se usa para conseguir un beneficio». Por último, la trilogía culmina con Els miserables, de Víctor Hugo, que retrata una sátira para explorar la «dificultad para imaginar una revolución que no sea consumida como producto de masas» y muestra «cómo se canaliza la ira revolucionaria».
«Los personajes de estos clásicos cobran vida a través de la propia vida de los actores que la interpretan. La gracia de mostrarlas de forma consecutiva es que el espectador puede ver la evolución de la historia», apunta sobre la Trilogia de la Condició Millennial, que, puntualiza, se titula ‘condición’ porque «no es algo que se da en una generación concreta, sino que atraviesa diferentes generaciones, es una condición. Es algo que también le puede ocurrir a mi madre, de 55 años, cuando va a buscar trabajo». «La trilogía trata sobre la infelicidad, el vacío generaiconal, la precariedad y la autocrítica, siempre en clave de autoparodia. El hilo conductor de las tres piezas es que, en la primera, Càndid es Lluís Oliver, un actor que se presenta a un cásting para hacer una obra de Voltaire, que dirige un director mediocre, que sería yo. En la siguiente, Les penes del jove Werther, cogen a Mel Salvatierra para el montaje, en el que Lluís trabaja como ayudante de dirección. Finalmente, Mel explota y se rebela, aliándose con el propio público, para boicotear la representación y, así, cambiar el mundo», detalla.
Aunque se han representado en distintos escenarios, será la primera vez que la trilogía se muestre junta, aunque es algo que el autor y director ya se había planteado desde el inicio. «Las escribí pensando en presentarlas juntas, ya que es muy obvio el nexo que tienen en común, puesto que empieza con un cásting, luego continúa en una sala de ensayo y, por último, en el estreno de la obra en cuestión, que acaba saltando por los aires», aclara. «Es un paso muy importante en mi carrera. Muy pocos autores mallorquines han entrado en el Teatre Lliure. En este sentido, lo vivo como un éxito colectivo. Es como un sueño hecho realidad», celebra.