En la historia del britpop, pocos grupos han tenido el impacto emocional de Suede. Desde que irrumpieron a principios de los años 90 como una alternativa oscura y glam al panorama británico, la banda liderada por Brett Anderson se convirtió en pionera de una escena que cambiaría la música para siempre. Con una discografía que mezcla crudeza y belleza, provocación y sensibilidad, este viernes, en la segunda jornada del Mallorca Live Festival, han dejado esas sensaciones entre los miles de asistentes que esperaban con ansias su regreso a los escenarios españoles.
Brett Anderson ha salido eufórico al escenario, alzando los brazos con su estilo inconfundible. Vestido de negro y azul marino, delgado como siempre, y con la energía intacta, el alma máter de Suede recorrió el escenario con esa mezcla de nervio y teatralidad que lo ha convertido en un frontman legendario. El carisma del líder de Suede estuvo perfectamente respaldado por su banda, que ha sonado compacta, feroz, sin una sola nota fuera de lugar, manteniendo esa tensión dramática que siempre los ha definido.
Suede deslizó una larga batería de éxitos y también hubo espacio para piezas más recientes, que no desentonaron entre clásicos porque mantienen esa intensidad emocional que es marca de la casa. Cada movimiento de Anderson, cada pose en el borde del escenario, cada caída de rodillas parecía calculada y al mismo tiempo completamente entregada. El público, entre la nostalgia y el asombro, respondió con entusiasmo en cada estribillo.
En el Mallorca Live Festival 2025, Suede ha sellado un momento especial para todos los que siguen creyendo que el pop puede ser arte, y que la música, cuando se interpreta con verdad y rabia contenida, siempre convence. Y así lo han demostrado sobre el escenario.
Uno de los grupos más infravalorados, que siguen haciendo discos buenísimos.