FOTOGRAFÍA

Cristina García Rodero: «En mi fotografía, no conozco la palabra descanso, pero sí emoción»

La fotógrafa expone ‘España oculta’ en la Fundación March y visita el Centre Toni Catany

Cristina García Rodero

Cristina García Rodero, en la exposición que inaugura en el Museo Fundación Juan March de Palma | Foto: C. Domènec

| Palma |

Cada fotografía de España oculta encierra historias humanas. Relatos, anécdotas y vivencias se entrelazan con la aventura personal que Cristina García Rodero vivió al capturar cada imagen. La exposición, que se inaugurará el próximo martes en la Fundación Juan March de Palma, reúne las obras documentales con las que fue reconocida internacionalmente, un trabajo, galardonado con el premio al mejor libro de fotografía en la vigésima edición de los Rencontres de la Photographie d’Arles (Francia), y ofrece un recorrido visual por las fiestas populares, rituales y tradiciones de la España rural.

En un encuentro con la prensa. García Rodero llegó ayer tarde a la cita, cuando sus interlocutores, Pablo Pérez d’Ors, director de la Fundación en Palma, y Antoni Garau, director del Centre Internacional Toni Catany de Llucmajor, ya habían hablado. «Es que no sé gestionar el tiempo», se disculpó la reportera, quien compensó el retraso con unas irrefrenables ganas de explicar detalles de su vida como fotógrafa. Esa falta de rigor horario que ella misma asume, se puede leer en sus fotografías intemporales, ya que se intuye, en ellas, la paciencia y la enorme capacidad de trabajo, necesarias para conseguir toda esa colección de composiciones perfectas.

«Todo empezó en 1973 con una beca de un año de la Fundación Juan March, era una chica de 23 años, fui encontrando algo que me emocionaba, no podía imaginar que España guardara estos tesoros, todas estas fiestas, a menudo desconocidas», apuntó. De su época de profesora en la facultad de Bellas Artes hasta 2005, aprovechó cada descanso, vacación y fin de semana, para recorrer carreteras secundarias, a veces en malas condiciones, y dar forma a una obra magna. «Con lo que ganaba, me pagaba poder hacer esas fotos, me tomaban por vendedora, yo me llamaba a mí misma la chica del saco, con el que dormía en cualquier sitio, siempre me he reído de la propia desgracia», contó García Rodero, quien aseguró que «he sido feliz porque lo mejor que se puede hacer es trabajar con libertad, sin jefe, en lo que te gusta y con curiosidad». La fotógrafa declaró que «yo no conozco la palabra descanso, pero sí emoción, la que necesito para trabajar»

Centre Toni Catany

La inauguración coincide con la segunda edición de los Encuentros Fotógraficos, que empezaron ayer en el Centre Internacional Toni Catany de Llucmajor, con la proyección del documental ‘Cristina García Rodero: la mirada oculta’, dirigido por Carlota Nelson. Hoy, en el mismo lugar, García Rodero ofrecerá una clase magistral durante todo el día, sobre su forma de trabajar. Garau recordó que «el taller tardó solo tres horas en llenarse», y citó el convenio con la Fundación Mapfre que permitirá el desarrollo de importantes exposiciones en Llucmajor.

La artista de Puertollano (Ciudad Real) recordó su amistad con Toni Catany: «Éramos amigos, era muy generoso y respetuoso, siempre estaba pensando en nuevos proyectos, escuchaba, hablaba poco pero siempre de forma directa y tiene fotografías maravillosas».

Magnum

García Rodero es miembro de la prestigiosa agencia Magnum desde hace veinte años. «Entré porque estaban interesados en crear una fundación, yo quería que se hicieran cargo de mis negativos y copias, que la obra siguiera viva aunque yo muriera», precisó la fotógrafa, quien concluyó que «yo no he ido a ninguna escuela de fotografía, por eso echaba en falta el hablar con otros fotógrafos vocacionales y, en Magnum, hay magníficos fotógrafos y buenas personas con los que podía hablar, y mira por donde fui la primera persona española en entrar en la agencia y, después, llegaron Cristina de Middel y Lúa Ribeira».

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