El dramaturgo mallorquín Sebastián Moreno hace casi dos décadas que vive en Madrid. Estudió pedagogía y poco después comenzó su carrera en el mundo del teatro en la capital, realizando diversas formaciones y talleres de escritura, pese a que «desde pequeño ya actuaba. Comencé en la Isla con el grupo de teatro Xicarandana, de Joan Lacomba», afirma el autor, que recientemente se hizo con un importante galardón de teatro infantil con su texto De gigantes y guisantes, premio que concede la Sociedad General de Autores (SGAE). La obra aborda «otra manera» de contar la llegada del hombre a la luna el 20 de julio de 1969.
En la pieza, Moreno se pone en la piel del hijo de Neil Armstrong y en cómo vivió él el hecho de que su padre fuese un gigante mediático cuya misión llegó a todas las radios y las televisiones del mundo. «Si es una historia potente para la humanidad, quería imaginarme lo que podía suponer para un niño pensar que tu padre está pisando la luna», explica Moreno. Cabe destacar que el año pasado el autor recibió el premio Antonio Machado de Colliure con La noche en los labios, un texto mucho más áspero que aborda la infancia desde el mundo de los menores soldados que participan en los conflictos bélicos.
Moreno reconoce que De gigantes y guisantes fue fruto de un arduo proceso de documentación. «Me tuve que informar sobre la composición del traje espacial, entre otros detalles, para poder dar forma a la historia», afirma el autor, a la vez que reconoce que el disparador de la pieza fue una imagen; pensar en la tierra desde la distancia como un auténtico guisante, pequeño y lejano. «Eso me sirve para reflexionar también sobre la importancia que le damos a las cosas, en como magnificamos historias pequeñas. Todo depende de la mirada de uno, si queremos relativizar o no lo que nos pasa o vivimos», detalla el dramaturgo.
Respecto al motor de su obra y de sus intereses como autor, Moreno afirma que escribe sobre aquello que no sabe. «Me interesa mucho más hacerme preguntas. Escribo desde el asombro y la curiosidad. Sí ya sé la respuesta, no me motiva ahondar en ello», subraya el autor, que se reconoce un dramaturgo poco costumbrista y con cierta querencia hacía la mezcla y la hibridación de géneros. «Hay colegas que me llaman poeturgo, ya que cuando escribo tengo una esencia muy lírica o poética. Eso se ve, por ejemplo, en las acotaciones que introduzco en las obras», insiste.
En cuanto a los referentes de su escritura señala, entre los actuales, a Alberto Conejero, Juan Mayorga o María Velasco, quien recibió el último Premio Nacional de Teatro que concede anualmente el Ministerio de Cultura. «Además de dramaturgos también me miro mucho en el espejo de narradores, como podría ser el caso del chileno Pedro Lemebel, o en poetas que me gustan», considera.
Moreno también espera poder presentar en Mallorca su última obra editada en papel, En tu piel se quema el tiempo, que publicó la editorial El Todo Celeste. En la pieza, se aborda la difícil realidad de las víctimas del VIH-SIDA en los años 90, y cuenta con el telón de fondo de la Barcelona preolímpica y el sueño de progreso que la acompañó. El libro, que se presentará en Madrid el próximo día 1 de diciembre, cuenta con un prólogo de Joan Tallada, que fue uno de los activistas de Act UP en la capital catalana durante los años noventa. «En él se explican historias de primera mano sobre la injusta situación que padecieron los enfermos de SIDA o los portadores de VIH en un momento muy distinto al actual», relata MOreno, que este año ha sido becado en el laboratorio escénico La cuarta pared con un proyecto de escritura centrado en la temática ambiental.