A juzgar por los meses que hace que se agotaron las entradas, el concierto de Estopa es uno de los más esperados de este verano que ya acaba. Los hermanos Muñoz aterrizan en Palma para celebrar los 25 años de su primer álbum de estudio y lo hacen con un enorme ambientazo en un Trui Son Fusteret abarrotado con más de 15.000 personas reunidas en el recinto para dar rienda suelta a las ganas de bailar y cantar al son de la rumba catalana de los de Cornellà que vienen 'a comerse la noche'.
En los minutos previos al inicio de la música ya se notaba en el ambiente las ganas y algo de nervios entre el público. La demografía es de lo más variada, desde niños a otros jóvenes de espíritu y cabellera nevada que no han querido perderse la que promete ser una gran velada. No todos los años se celebra un cuarto de siglo de un disco que marcó un antes y un después en la música española y, sin duda, no todas las noches hay un concierto de Estopa en Palma. El ambiente, pues, no podía ser más festivo y alegre mientras el escenario todavía rezumaba tranquilidad.
No obstante, esa calma era una mentira como lo es la casilla del calendario que nos embusta diciendo que es verano, aunque el fresquito es más otoñal y el viento y las nubes amenazan una tormenta que parece poder desembocar en cualquier momento. Pero para tormenta la de David y José, puntuales para variar al contrario de lo que decían en la canción, y que caen como un relámpago sobre el público con **** y que coge desprevenido a más de uno que, a partir de ahora, no dejará de cantar al unísono en una noche que tan solo acaba de empezar y que promete ser memorable.
Estopa ya está aquí, la larga espera de más de un año desde que se anunció el concierto ya se ha acabado y ahora solo hace falta dejarse llevar por el dúo catalán para repasar los mejores temas de una discografía tan amplia como querida por un público que, ya lo demustra de viva voz, responde a la llamada de los hermanos Muñoz en Palma.