Tras más ocho años de silencio literario, regresa una de las voces más comprometidas y transgresoras de la literatura en habla catalana. Hablamos de Antònia Arbona (Sóller, 1970), que acaba de publicar con la editorial Rapitbook el ensayo L’ambigüitat i la inexistència al teatre de Fernando Pessoa i a la pintura de Magritte. Tras una etapa «agobiante» y en la que su condición de mujer marcó algún que otro momento incómodo, en este momento la autora se siente «liberada» y vuelve con la intención de no parar de nuevo, «a mi edad puedo hacer y decir lo que me dé la gana, no tengo miedo a nada».
Ocho años de absoluto silencio. ¿Por qué?
Fue de un momento a otro en 2016. Publiqué cuatro libros y de repente, un silencio de ocho años, hasta ahora. No fue algo orgánico, pensado, simplemente me agobié por presiones del mundo literario y decidí frenar. Paré porque necesitaba descansar, sobre todo, psicológicamente. No era consciente de que ese silencio iba a durar tanto tiempo. El problema es que en este mundo, cuando despuntas, cuando haces lo que tienes que hacer, intentan frenarte. Siempre he ido por libre y he hecho lo que me ha dado la gana, eso es delicado y te trae problemas.
Y explotó.
Exacto, me agobié. Me aconsejaron que cambiara de país, como hacen muchos y muchas, pero por cuestiones familiares no podía; tenía que ocuparme de mi padre, que era muy mayor. Simplemente dejé el mundo literario, porque cuando no estás bien psicológicamente no tienes esa necesidad de escribir, me frené en seco de un día para otro.
¿Qué ha supuesto ese silencio?
Un silencio total. Me ha servido para ver que escribo muy bien (risas), he leído mucho, cosas de muchos autores y se está publicando mucha cosa con premios, algo que es muy malo.
¿Por qué lo cree así?
Están muy intoxicados, o al menos lo estaban antes. En mi caso, me han pedido sexo a cambio de premios y publicaciones. Lo digo ahora porque no tengo nada que esconder. ¿Nunca te lo ha contado nadie? El otro día estuve con un colega escritor y lo comentamos, funciona así, o al menos mientras yo estaba en este mundillo.
¿Conoce más casos? ¿Por qué nadie lo ha denunciado?
Conozco más casos, también de hombres homosexuales, pero nadie lo denuncia porque no quieren tener problemas. Creen que no pueden denunciar, y esto lo he hablado con otras mujeres, porque no te obligan, te lo ofrecen. Si haces tal cosa, puedes obtener esto. Por lo tanto, quedas muy tocada.
¿Cómo se quedó cuando le ocurrió?
Yo me quedé muy mal. Te hace pequeña. La gente reacciona a tus negativas, una reacción es decir que soy lesbiana, y la segunda, que soy una estrecha; pero claro, como ya estoy fuera del mercado por la edad, ahora me siento muy liberada y estoy encantada. La gente no lo cuenta, hay mucho miedo, Mallorca es muy pequeña.
¿Y porque ha decidido volver a publicar en este momento?
Tiene que ver con lo que le decía de la liberación, tengo casi 54 años, aunque todavía soy joven, yo estoy mejor ahora conmigo misma. Para las mujeres es un horror que nos sigan pasando cosas como las que yo cuento, estamos en el siglo XXI y parece que estamos en la Edad Media a veces. Te comparan con otras autoras, con artistas, etc. Llega a ser muy agobiante, hasta que un día sacas fuerzas, tienes que escribir, salir y empezar de nuevo. Es lo que yo he hecho.
Y vuelve con un ensayo, L’ambigüitat i la inexistència al teatre de Fernando Pessoa i a la pintura de Magritte. ¿Qué le atrajo de estas personalidades?
La ambigüedad y la inexistencia, o la no existencia, son fundamentales en Fernando Pessoa, sobre todo en el Libro del desasosiego, que ya estudié para mi trabajo de fin de máster y que publiqué en el año 2016; y en su teatro, el nihilismo y la metafísica, que repaso en este libro, son extraordinariamente elitistas, etéreos y rompedores.
¿Y Magritte?
En el caso de René Magritte, hemos de hablar claramente de la transgresión de la semiótica en su obra pictórica. Se trata de un producto cultural al que aplicaremos las técnicas de la construcción narrativa, siguiendo a Roland Barthes y a Even Zohar. También hemos de tener en cuenta el libro La poética de Aristóteles, por todo lo que hace referencia a la construcción argumental. Indago en las situaciones dramáticas, voluntad, objetivos y obstáculos, las estructuras dramáticas y los elementos básicos de los estudios culturales, aplicados a algunos de sus cuadros.
Es usted una mujer muy sincera. Esa sinceridad, ¿le ha traído problemas?
Sí, bastantes. Ya no es solo que no te publiquen, te vetan en antologías, en actos culturales, tanto institucionales como colectivos, y no hablo de los políticos de ahora, esto viene de lejos y no tiene nada que ver con la ideología. Por eso, si solo te trae problemas lo acabas dejando.
Publica con Rapitbook, su primera vez con este sello.
Yo quería volver a publicar con tiempo, tranquilidad y libertad, y esta editorial, Rapitbook, me lo ha dado.