Era un mediodía cualquiera. Como el de tantos padres, madres y abuelos. Carmen recogía a sus dos hijos del colegio a las 12.50 y caminaba hasta casa de sus padres para comer allí y volver al centro. No le faltaban ni cien metros para llegar al domicilio, cuando, mientras cruzaba tranquila el paso de peatones del 147 de Calle Aragón junto a sus retoños; un ciclomotor apareció, se saltó el semáforo y arrolló a uno de sus hijos, de tan sólo cinco años de edad.
«Aún sigo en shock. Fui tras él, le chillé y se paró. 'Yo a tu hijo no lo he tocado', dijo. Aún estoy superando lo que sentí porque yo estaba delante de él, cruzando en verde, con mi hijo de tres años de la mano y el grande dos pasitos por delante de mí y ves cómo te lo arrollan. No se me ocurrió hacer foto de la matrícula ni nada porque lo que se me ocurrió fue recoger a mi hijo del suelo, estaba ensangrentado, cogí al pequeño, estábamos en mitad de Calle Aragón y sólo pensé en ponerlos a salvo, entré en la farmacia y llamé al 112», narra Carmen, madre del pequeño atropellado, aún con los ojos brillantes.
El motorista negó inicialmente lo ocurrido pero luego, según el testimonio de los presentes, comenzó a decir «lo siento, lo siento», pocos segundos después. «Dijo 'lo siento' y se fugó, se metió en el Carrer de la Lluna y desapareció», describe. Ella, Carmen Cano, junto a su marido, Jorge Jiménez; padres de Jordi y Marc, piden una sola cosa al unísono: «Justicia».
«A la madre le negó el atropello en un primer momento pero en cuánto vio la situación creada y las personas que se acercaban a él empezó a pedir perdón. Todos se fiaron porque estaba allí parado y fueron a atender a los niños. Cuando levantaron la vista, ya se había ido», explica el padre. Nada más salir del hospital, porque el pequeño sufrió daños en la mandíbula y tiene varios dientes rotos y otros clavados en la encía, ha iniciado su particular investigación para tratar de encontrar pistas sobre el motorista fugado. «He ido a hablar con los testigos, hemos ido a la Policía Local de Palma; haré lo que tenga que hacer, vamos a ir a por todas», dice contundente.
El gran problema, aunque parezca curioso en la era de la tecnología, es que nadie pudo registrar una sola imagen del conductor huido. Ni siquiera las cámaras de seguridad de la zona que, según explicaron los agentes, no funcionan. «Resulta que no hay cámaras. En la calle Acire por la que se metió, tampoco. Todo el mundo lo ha visto, lo puede describir; detalles, lo que quieras, pero sin cámaras ni matrículas, nos dicen que no podemos hacer nada. Eso es lo más indignante», exclama Carmen enfadada.
Por su parte, la Policia Local de Palma, aunque no puede dar parte de todas las diligencias que lleva a cabo, asegura que continúa investigando con ahínco y que los agentes están buscando pistas en todos los lugares posibles; por lo que no pierden la esperanza de localizar al culpable. De hecho, tras el atropello del miércoles, varias unidades batieron la zona en busca del susodicho pero no encontraron nada. «Quizá entró en un garaje, a lo mejor es vecino del barrio; por eso es tan importante la colaboración ciudadana. La propia policía nos lo ha dicho. Que indaguemos, que intentemos buscar por nuestra cuenta. Si las lesiones de mi hijo fueran más graves seguro que habría más movimiento. Creo que no se le ha dado la importancia que realmente tiene», dice Jorge decepcionado.
Es cierto que las lesiones no son graves pero si aparatosas y dolorosas, más aún en un niño de cinco años. Y costosas. Eso también, porque el pequeño ha sufrido daños importantes en la boca. «Estamos esperando que se desinflame la zona para que puedan empezar a curarle. Tiene dientes clavados en el maxilar. Desde la paleta hasta el colmillo varios rotos y dos incrustados en la encía. Habrá que hacer reconstrucción y los dientes que salgan nuevos, que salgan bien», explica el padre. La madre señala también en el cuerpo del pequeño las abrasiones y contusiones que sufrió al caer al suelo: «En las muñecas, en las rodillas, se hizo daño. Está con antiinflamatorios y calmantes para el dolor, demasiado bien lo lleva», añade.
Los datos sobre el fugado
Los padres del pequeño Jordi piden ayuda ciudadana. Cualquier detalle puede ser positivo para alimentar la investigación de la Policía Local y localizar al motorista fugado. Sobre él, lo saben todo. Conducía un ciclomotor 49cc de color gris claro, «aunque sucio», matiza la madre. También vestía con prendas deportivas y llevaba un casco semiabierto, por eso muchos le vieron la cara. La moto portaba un cajón posterior y matrícula de color amarillo. «Era un hombre de mediana edad, 1,80 - 1,85, moreno, habló en español y escapó hacia Son Oliva por el Carrer de la Lluna, eran las 13:15 más o menos; por favor, si alguien sabe algo, que nos ayude», solicita la progenitora.
Carmen y Jorge quieren aprovechar para agradecer también el trato médico recibido en el Hospital de Son Espases y el de todas las personas que salieron de sus negocios o se pararon a ayudarlos. Están satisfechos con la reacción social pero no es suficiente para calmar la impotencia y rabia que sienten. «Algo oculta el motorista. Por algo se fue. Es que te hace pensar así. «¿Por qué no te paras? ¿Por qué te marchas del lugar? Una persona no hace eso. Actúas con responsabilidad, no dejas a un menor arrollado en una carretera y te vas», exponen.
Aseguran que no pararán hasta el final y que si tienen que pedir explicaciones al Ajuntament de Palma por las cámaras que no funcionan, lo harán. «Es que no puede ser. Si la justicia no llega hasta cierto punto, seremos nosotros los que lleguemos. Vamos a ir a por todas. No hay derecho a que atropelles a un niño pequeño y te vayas», finaliza el padre.
Si alguien desea contactar con los padres del pequeño Jordi, aportar alguna pista o información al respecto del atropello; puede hacerlo escribiendo a digital@ultimahora.es
A Palma ja no hi han regles. Això és la llei de la selva. Comprau el kit de supervivència. Ens han abandonat. Qui és el batle de Palma?