Se supone que la pose de un artista indie es precisamente no tener pose. Pero esa sencillez exenta de artificio a menudo se confunde con falsa modestia. Eso no ocurre con Joe Crepúsculo, alter ego del barcelonés Joël Iriarte, uno de los músicos más inclasificables de la escena indie estatal, que cuando habla hila un discurso coherente y alejado de divismos. Lo cual no evita que sus canciones sean una amalgama bizarra de ironía, inocencia, escapismo y ritmos de organillo, en los que regatea la realidad con la elegancia con la que Messi se va de sus rivales. Cranc Mallorca Festival recibirá este sábado al artista barcelonés en el Antic Parc de Bombers de Palma, a partir de las 21.00.
Joe Crepúsculo acompañaba uno de sus singles, España, de un divertido videoclip plagado de dobles lecturas. Algunos lo entendieron como un brindis al fervor españolista; el observador más sagaz, en cambió, apreciaba una autoparodia regada de ironía hacia los habitantes de un país cuya capacidad autocrítica vive perpetuamente anestesiada. Y es que España es un país lleno de contradicciones. Y esa sensación se traslada al grueso de su obra, donde no resulta difícil perderse en un magma de ritmos que llevan el sarcasmo y la extravagancia por bandera. Y aunque aparentemente son letras con menos peligro que un pijama de patitos, lo cierto es que en sus entresijos se esconde una intención subversiva.
A la espera de su nuevo compacto, en Son Castelló Joe Crepúsculo tirará de sus temas más reconocibles, ese pop que mezcla texturas electrónicas y sonido disco distinguiéndose por ir acompañado de una voz poco trabajada y una instrumentación casera, que nunca pierde de vista la pista de baile, debatiéndose entre lo cool y lo freak, entre lo nuevo y lo viejo, para cantarle al amor y el desamor. De esa guisa nacen canciones que reflejan las idas y venidas, los triunfos y los fracasos, el desazón y las alegrías de un tipo de vida intensa, en la que la moneda le ha caído de los dos lados.