Suena la majestuosa cadencia de Fly me to the moon, todo swing y poderío. Ruge la orquesta y aparece Rubén Memories, traje azul y sonrisa de galán de cine, de hombre con aroma a ‘king of the hill', como decía Sinatra. ‘Llévame a la luna', desliza la letra. Es justo el lugar donde le transporta la música a este mallorquín que con su aspecto a medio camino entre pillo y yerno perfecto lleva años deslizando su voz por escenarios de todo tipo de pelaje, surtiendo su repertorio con algún tema prestado y el resto de su propia cosecha, que como la uva de Burdeos mejora con los años. Su próxima parada es una doble cita hoy y mañana en el Teatre Escènic de Campos, a las 20.00
Sobre el escenario hace suya cada estrofa que vampiriza, sea Michel Bublé, Harry Styles, Ed Sheeran, Bob Marley o el propio Sinatra, logrando que el auditorio se identifique con su mensaje porque sabe que entre un lado y el otro del escenario se construye algo más grande que la suma de unas canciones. Y es que su repertorio invita a disfrutar de un estado emocional jubiloso, que fluye de clásicos como Let it be, «una de las primeras canciones que aprendía a tocar»; o el Can't help falling in love, de Elvis, tema que he escogido para acompañarme mientras escribo estas líneas, una acaramelada balada del ‘rey' conservada en formol, inmune a los rigores del tiempo. «La habré cantado miles de veces pero sigue emocionándome como el primer día». Aunque si una canción le define es un tema nacido de su puño y letra: Siente la vida, «una de esas canciones que no buscas sino que salen del alma».
Le pregunto si tiene nuevos temas en cartera, «tengo algunas canciones compuestas, pero de momento no van a ver la luz, solo mis mejores amigos las han escuchado». ¿Habrá sorpresas en su doble concierto en Campos? «La sorpresa es que el público me vea con la misma ilusión con la que empecé, que sientan como late mi corazón con cada nota, y que sientan que disfruto haciéndoles pasar un buen rato». Un reto fácil para este artista cuyo setlist discurre por un cauce heterogéneo marcado por melodías suaves y pegadizas.
Con la perspectiva del tiempo, Rubén Memories echa la mirada atrás y recuerda los momentos que marcaron su trayectoria, entre ellos rescata aquella primera ovación que le dejó petrificado. «Cerré los ojos y di las gracias, y sigo haciéndolo. También a mis padres, que me compraron mi primera guitarra, me apuntaron a solfeo y ponían buena música». Ese cúmulo de experiencias han elevado su curva de aprendizaje, que en ocasiones ha vivido picos de alta intensidad, como «cuando hice realidad uno de mis sueños y canté en el hotel Ritz de Londres».
Repertorio
Aunque el grueso de su repertorio nace en la voz de otros artistas, sus canciones también ocupan un lugar preponderante en su show, por lo general son temas que hablan «de vivencias personales, a veces hasta de consejos que me doy a mí mismo como vivir el momento, si estamos bien con nosotros mismos estamos bien con los que nos quieren y con los que queremos», concluye el artista.