Tot allò que no sap ningú ambienta, es sutil. La voz de Maria Hein se expande e inunda el espacio mientras los instrumentos aparecen como terciopelo de fondo. La melancolía y las historias de desamor se suceden de forma intempestiva y el viaje va cambiando de color. Oscila entre el celeste y el ocre. En su segundo trabajo, la mallorquina nos desvela su mundo como un refugio edificado con nostalgia y retazos del pasado, a través de una sonoridad sintética que pone distancia con el folk pop que alumbró su debut (Continent i Contingut, 2021). Electrónica y minimalismo cobran relevancia en canciones que subirá al escenario del Teatre Principal de Palma este viernes por la noche en la sexta gala de los Premis Enderrock de la Música Balear.
Cuál es el punto de partida de Tot allò que no sap ningú?
Tenía ganas de cambiar el registro del primer disco. He tenido dos años de margen para crear algo diferente, investigar y dar con un nuevo sonido que se alinea con lo que escucho ahora.
Hay un salto muy grande entre su primer álbum y este. En uno el folk es el principal leitmotiv mientras que en el otro, más minimalista, intervienen más factores de forma y fondo…
Son dos discos muy diferentes. Hace dos años mis referentes eran más tranquilos, más folk, más orgánicos. Ahora he descubierto música nueva y me ha salido Tot allò que no sap ningú.
Hay una atmósfera muy melancólica en sus nuevas canciones…
Sí, igual que en el primer disco. Me inspiro en mis vivencias personales y soy muy nostálgica.
Hoy, en la gala de los Enderrock, tiene muchas posibilidades de convertirse en la triunfadora de la noche, ¿hay nervios?
Por suerte llevo tres años siendo nominada, es importante sentirse reconocida, estoy tranquila y contenta por la nominación. Lo que más me preocupa es hacer una buena actuación, en la gala presentaré alguna de mis nuevas canciones.
Opina, como Rosalía, que «mis sueños nunca fueron modestos»?
No tengo grandes aspiraciones, solo pequeñas metas como hacer un disco del que me sienta satisfecha.
Es posible que pertenezca a la última generación de artistas que tuvo que dar explicaciones por hacer fusión…
Sí, hay mucha música nueva que parte de la fusión y hay gente que hace cosas que no se han hecho antes en catalán y es importante.
Existe una creencia errónea pero extendida que sostiene que artistas como Dylan y géneros como el rock son ‘serios', tienen algún tipo de plus, mientras que la música urbana es un género menor, ¿cómo defendería lo contrario?
Como oyente de música me puede agradar cualquier estilo que esté bien hecho. No es tanto el género sino la calidad de la canción.
¿Proyectos ambiciosos definen a una chica ambiciosa?
No sé si soy ambiciosa, quizá un poco sí. Hago lo que me gusta y le pongo toda la ilusión...
¿Existe alguna interacción que le quite el sueño?
Me gustaría colaborar con gente que a día de hoy parecen imposibles, como James Blake, y del panorama local me gustan Saïm y Joan Miquel Oliver.
¿Es de aquellas artistas que reciben la inspiración cuando sienten que el mundo se tambalea bajo sus pies, o sus musas la visitan en momentos de alegría?
Más lo primero. Es más fácil crear cuando todo va en contra.
¿Le inspira más el amor o el desamor?
Sin duda el desamor, me hace estar nostálgica.
Estando como está la industria musical, ¿cambian las expectativas a la hora de grabar un disco?
No lo sé, últimamente estoy haciendo mucha música para no estancarme. Tengo la sensación que hoy los discos se acaban antes, y en el pasado un disco podría vivir tres o cinco años.
¿Qué canción le anima en las horas bajas?
Muchas, cada día escucho cosas diferentes.
Si sus pesadillas tuvieran partitura, ¿quien la habría escrito?
Sería de un artista que no me gusta, por ejemplo Bad Bunny, que es el cuarto artista más escuchado del mundo pero nunca me ha dicho nada…
¿Es más importante el camino o el objetivo?
El camino.
Entonces, ¿qué hacemos con Itaca y el viaje?
Hombre, es importante tener un objetivo. Haciendo camino necesitas un objetivo, son importantes las dos.