Ainhoa Arteta (Guipúzcoa, 1964) es una de las voces más destacadas de la ópera y música clásica contemporánea. La cantante soprano inició su carrera musical en España y ha ido creciendo como artista hasta tener un reconocimiento internacional. El domingo 30 de julio viene a Mallorca junto al Festival MallorcÒpera. El evento tendrá lugar en el Palacio de Congresos de Palma, a las 20.00.
Será la segunda vez que Arteta participe en el festival, en el cual asegura que «se da dimensión y divulgación a las nuevas generaciones de artistas españoles, en este caso mallorquines». La soprano está orgullosa de poder participar en eventos que promuevan la divulgación de músicos, «creo que es una de mis labores»; además, tiene una clara opinión sobre el trato a los artistas: «La gente española está cantando por el mundo y se le da poca visibilidad, al igual que un tratamiento no justo en los principales teatros de España». La cantante espera que aumenten las oportunidades en nuestro país para los artistas residentes, «si no nos cuidamos nosotros, nadie va a hacerlo», afirma.
Trayectoria
La artista es de un pequeño pueblo de Tolosa, «no tenía muchos contactos», por lo que utilizó uno de los pocos que tenía en Italia. Posteriormente, se fue a Estados Unidos donde empezó a trabajar de lo que encontraba para poder pagarse las clases de canto. Tras mucho esfuerzo, logró su debut operístico en los noventa, «conseguí, tras mucho trabajo, una beca de tres años entre dos mil participantes», asegura. También ganó el Concurso Metropolitan Opera National Council Auditions de Nueva York, con el cual firmó un contrato. «Hice mi debut con la Mimi de Puccini en el Metropolitan. No me olvidaré de ese momento en la vida, era como entrar en Rocadragón [ciudad ficticia de la serie Juego de Tronos]», señala Arteta. «Es triste que luego vuelvas a España después de años en el Metropolitan y te cierren las puertas en los teatros principales, y eso no solo me ha ocurrido a mí, sino a dos generaciones que yo conozco», sentencia.
«Siempre me he considerado más actriz que cantante», remarca la artista. Gracias a la beca que consiguió pudo estudiar canto e interpretación, donde se formó durante cinco años. Al haber aprendido tanto sobre escenografía y teatro, Arteta se ha dado cuenta de la importancia de éstas en la música, «en nuestras carreras deberían estar incluidos las clases para formarse como actor». «Dentro de algunos años me gustaría dedicarme a la docencia, no quiero que mi aprendizaje caiga en un saco roto», añade Arteta. Quiere añadir la formación de teatro en sus clases, de esta manera podría ayudar a formarse más a los músicos.
«Aunque estés en la cumbre, todo puede cambiar en un día, fíjate en mí hace dos años», señala. A la soprano la septicemia le afectó de manera muy agresiva, «casi me muero». Aún así, nunca dejó de pensar en la música, «cuando estaba muy mal sentía que necesitaba cantar», comenta. Tras haber pasado «la peor parte» se le dañó una cuerda vocal cuando fue entubada, «ahí sí que tuve miedo de no poder cantar», añade. Para un cantante enfrentarse a una operación de ese estilo no es fácil, por lo que la artista sacó fuerzas para llegar donde está ahora, «hacía mucho tiempo que mi voz no estaba como lo está actualmente, en plenitud». Para ella, la música lo es todo, según comenta, «sin ella no somos nada, ni yo ni nadie».