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Bárbara Gil viaja hasta la Costa Rica del XIX con un ‘alter ego' quijotesco

La autora afincada en Mallorca presenta este viernes en la librería Agapea de Palma su segunda novela, ‘La leyenda del volcán'

La autora Bárbara Gil imparte un taller de escritura en Agapea y online en Escuela Cursiva y Escuela de Escritores. | Jaume Morey

| Palma |

Costa Rica, diciembre de 1883. Aitana Ugarte, una joven bilbaína que desembarca en Puerto Limón, se abre paso en la espesa selva con la ayuda de un machete. Más de un siglo después, otra joven bilbaína, la escritora Bárbara Gil, hace lo propio en el mismo lugar. Allí empezaba, en plena pandemia –por lo que se encontró una Costa Rica «más virgen»– y en medio de la jungla, la aventura literaria de la autora afincada en Mallorca que ahora acaba de publicar bajo el título La leyenda del volcán (Plaza & Janés). Lo presenta este viernes por la tarde, a las 19.00 horas, en la librería Agapea de Palma, donde actualmente imparte talleres de escritura. Además, firmará ejemplares el sábado en la Fira del Llibre del Passeig del Born: de 11.00 a 12.00 en el estand de Casa del Libro y de 18.30 a 19.30 en el de Llibres Colom.

Si bien Costa Rica no era el primer destino elegido por Gil, quien tenía previsto viajar a Chile, cuando surgió la oportunidad decidió aprovecharla. Cuando la autora de Nenúfares que brillan en aguas tristes (Plaza & Janés, 2021) supo de la historia de Minor Cooper Keith, el «magnate norteamericano de los ferrocarriles y las plantaciones de banano» y de la emblemática hacienda cafetalera más grande del país –ubicada en el jardín de Aquiares– tuvo claro que su segunda novela tenía que ambientarse en esos parajes y en el periodo en que Cooper Keith vivió allí.

Viaje

«Me encanta viajar y cuando escribo quiero que los lectores también viajen a un destino exótico en el sentido de país lejano y desconocido. Sin embargo, la primera ocurre en Bangladés, en lugares para escapar o de los que no se puede escapar, con un tono muy crítico hacia la industria textil. En esta ocasión, es un destino mucho más amable y también hay menos crítica», compara.

Como Aitana Ugarte, Gil también es una apasionada de los libros de aventuras «de toda la vida», desde Los tres mosqueteros, El Quijote, El caballero de la carreta, Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro, La vuelta al mundo en 80 días hasta las obras de Sara Lark, Diana Gabaldon, Luz Gabás y Emma Lira. «No me gusta la figura de la mujer masculinizada, por eso Aitana es presumida y tiene la ingenuidad propia de la mujer de la época», razona.

Bárbara Gil, con el Volcán Arenal de fondo. Allí viajó en plena pandemia y en esos parajes se inspira su segunda novela.

«Elegí el nombre de Aitana Ugarte porque en vasco podría traducirse como ‘gloria entre ríos' y ella va buscando la gloria. Quería hacer un personaje femenino fuerte que, aunque fuera extranjera, representara al país. Ella es la amante de Minor Cooper Keith quien, de alguna manera, trataba Costa Rica como si también fuera una amante. Él nunca quiso serlo, tenía claro que quería volver a Costa Rica. En un momento de la novela la llama ‘dulce cintura', como también lo hacía Pablo Neruda en un poema que abre el libro y que se refiere a los países de centro América y de Latinoamérica y está relacionado con las frutas exóticas. Aitana representa la visión imperialista romántica y Minor la capitalista. En el fondo, todas mis novelas tratan del colonialismo de países ricos que dependen de los que son ricos en materias primas, pero que no tienen los recursos para gestionarlas», detalla.

A pesar de este análisis más político y económico, Gil reconoce que en La leyenda del volcán hay mucho «salseíllo» y «culebrones». «Como profesora de escritura digo a mis alumnos que un escritor tiene que ser un poco voyeur y cotilla, porque es que los seres humanos, tanto hombres como mujeres, lo somos. Me gusta el morbo, en el sentido de que a los protagonistas siempre les estén sucediendo cosas», comenta.

«Quiero que los personajes escandalicen por enfrentarse a la sociedad, por rebelarse contra lo establecido. Para construir el perfil y el carácter de Aitana me ayudé de la novela Viajeras intrépidas y aventureras, de Cristina Morató. Su rasgo más definitorio es que es quijotesca, sobre todo de D'Artagnan, pues Dumas se inspiró en El Quijote», justifica.

Gil tiene previsto volver a Costa Rica en agosto para presentar la novela allí y puede que también trabajar en una segunda parte, pues «es un país que merece la pena y es poco conocido. A penas hay novelas ambientadas allí y la única película comercial grabada allí es Jurassic Park, que está rodada en Isla del Coco. De hecho, hay un guiño divertido al final de la novela, aunque sutil y descontextualizado».

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