Mucho ha aprendido el trío Tanxugueiras desde que, meses atrás, revolucionasen a media España con su participación en el Benidorm Fest. Algunas de esas enseñanzas son las que ahora muestran en su nuevo disco, Diluvio, que como toda lluvia, «reinicia» y «limpia», para después volver a la calma, al «acougo». Lo presentarán en Mallorca, el 20 de agosto, en el Santuari de Consolació de Sant Joan.
Con su nuevo trabajo, las hermanas Olaia y Sabela Maneiro y Aida Tarrío impregnan las ondas sonoras con un diluvio de diversidad, de aceptación, de amor libre y de recuperación de la tradición en la modernidad: «No queremos que nuestra tradición y nuestra lengua sea solo una pieza de museo, que se cuelga y solo está ahí para ser vista. Queremos que siga siendo del pueblo y para el pueblo. Y para eso hay que evolucionar», afirma Aida Tarrío.
Tradición
Esa evolución de la cultura tradicional, con sus timbres, sus sonoridades y su estética, es reconocible en Diluvio, que ayer vio la luz y que tal y como cuenta Aida, «fue una bofetada con la mano abierta», un golpe de realidad tras todo lo que ocurrió cuando su formación participó en el Benidorm Fest y la experiencia y el poso que eso dejó en ellas.
Diluvio es «una ciclogénesis explosiva» de la que el trío gallego salió revisando falsas convicciones y con aprendizajes muy valiosos. «A nosotras todos los pecados nos parecen absurdos, porque todo tiene su parte mala y su parte buena», explica Sabela, que admite que han sufrido críticas de todo tipo en los últimos meses, relacionadas con sus cuerpos, con la «supuesta apropiación» de la bandera LGTBIQ o con la envidia o ira de muchas personas, que han reaccionado a su éxito de formas muy dispares.