«En 1959 llegué a Mallorca para pasar seis meses. Cincuenta años de residencia más tarde, es evidente que me enamoré de este lugar». Lo aseguraba Anthony Bonner durante el acto de investidura como doctor honoris causa por la Universitat de les Illes Balears (UIB), que se celebró este viernes en el edificio Ramon Llull, por ser «una persona llena de sabiduría, forjadora del catalán y con una manera de ser universalista e internacionalista», según observó el rector de la UIB, Llorenç Huguet, en su discurso. La ceremonia prescindió de la parafernalia habitual debido a una petición de «sencillez» por parte del propio Bonner.
El acto comenzó con Bonner echando la primera palada de tierra para plantar un tejo, un árbol escogido por el propio lulista por ser una especie que «se ve poco, pero cuenta con una gran vida propia». «Me siento contentísimo y honradísimo de que me hayan hecho este reconocimiento en el Any Llull», explicó Bonner. «No considero trabajo toda mi investigación sobre Ramon Llull, lo he disfrutado mucho», apuntó.
También quisieron dedicarle palabras de agradecimiento y admiración los padrinos de este doctorado: Pere Rosselló, catedrático de Filologia Catalana, y Joan Lluís Llinàs, profesor de Filosofia. «Bonner y su mujer no llegaron a Mallorca con la intención de tomar el sol, sino para integrarse en nuestra sociedad. Siempre ha defendido nuestra cultura y protegido nuestra naturaleza», recordó Rosselló, en referencia al hecho de que Bonner fuera uno de los fundadores del GOB. El catedrático también quiso señalar que «las virtudes de este hombre del renacimiento van mucho más allá del lulismo. Estudió técnica musical y composición en Harvard y ha escrito libros de botánica, entre otras cosas». Además, Rosselló no dudó en afirmar que «Bonner ha contribuido inmensamente en la internacionalización de Ramon Llull».
La distendida ceremonia, en la que el propio Bonner ofreció una pequeña clase magistral, concluyó con la actuación de algunos miembros de la Coral Universitat de les Illes Balears.