Problemas de financiación. Es la principal causa que se argumenta para justificar que en Palma importantes edificios históricos estén a la espera de reforma y cada vez más degradados. Can Serra, las torres islámicas de El Temple o Can Weyler languidecen sellados, cerrados a cal y canto, hasta que las instituciones decidan habilitar partidas presupuestarias que permitan que estos edificios, todos declarados Bien de Interés Cultural (BIC), se recuperen para la ciudad.
Durante la pasada legislatura, se hicieron destacadas inversiones en algunos edificios, como en El Temple, y otros tenían aseguradas partidas, como es el caso de la que fuera sede de Arca a través de las inversiones estatutarias. ¿Qué ha sucedido en estos cuatro años?
Los trabajos en Can Weyler se paralizaron con el cambio de gobierno y tras localizarse por georradar restos arqueológicos. Desde entonces sólo se han hecho unas tareas de mantenimiento, gracias a denuncias que advertían de su estado de abandono. Por su parte, el PSOE ha criticado la desidia institucional y que el Consell no haya reclamado el traspaso de la partida finalista que «figura en los presupuestos del Govern». «El dinero no está perdido y hay tiempo para ejecutar aún la rehabilitación. El dinero está, pero es cuestión de voluntad política poner en valor un edificio tan importante del gótico como es Can Weyler», opinó el conseller Francesc Dalmau. Lo mismo, o parecido, ha sucedido con Can Serra y El Temple. En ambos casos se elaboró un proyecto ejecutivo y tras el cambio de gobierno, Cort, con el alcalde Isern a la cabeza, visitó los edificios, destacó el valor de éstos, pero no se han impulsado las obras. «El anuncio de presentar Palma a candidatura de la Unesco no va acompañado de los hechos, parando las inversiones en edificios patrimoniales de gran valor como Can Serra o El Temple», opinó el regidor de Més Antoni Noguera, quien recordó que «en la pasada legislatura se lograron más de 15 millones de financiación externa».
Sí se comprometió el PP a dar continuidad y finalizar los proyectos ya iniciados, como la rehabilitación integral del Casal Balaguer, ya en su recta final. El Ajuntament espera inaugurarlo antes de que finalice la legislatura. Igual que la sede del Arxiu del Regne de Mallorca. La construcción de nueva planta abrirá las puertas previsiblemente este verano, después de más de cuatro años de obras financiadas por el Ministerio de Cultura. Palma recuperará este espacio, como ha recuperado también el casal Can Oleo, un inmueble que se inauguró a finales de la pasada legislatura como sede de la UIB y que hoy continúa cerrado a la espera de decidir de qué contenidos se le dota.