A veces hay que perderse para poder encontrarse. Conocedor de la máxima kafkiana, Dani Martín asumió su salto al vacío en solitario ( Pequeño , 2010) como el kilómetro cero de una trayectoria que hasta la fecha le está procurando provechosos réditos (Doble Disco de Platino y Mejor Artista Solista 2010 Cuarenta Principales). El madrileño presenta hoy en el Auditòrium de Palma las canciones de su primer largo.
Pequeño es un trabajo salpicado de positivismo y filosofía zen, donde la guitarra cede una importante cuota de protagonismo al piano, subrayando así la ruptura con el pasado reciente del artista. «Hay que vivir el presente, necesitaba cambiar la línea musical así que en la grabación incorporamos wurli, hammond, cuerda, metales, pianos de cola, teclados, bajos, baterías, percusión, coros, guitarras…Creo que es el disco donde más instrumentos he metido y con el que más tiempo he estado en el estudio. Para trasladarlo al escenario son necesarios siete músicos, es farragoso pero es lo que me apetecía», confiesa.
Si el aparato musical luce a pleno rendimiento, no ha querido restarle empuje al tratamiento de las letras. «Tenía la necesidad de contar algo muy concreto, he intentado plasmar todo lo que me transmite el mundo y los seres humanos», explica. Cantinela zen para un artista que ha permutado los recintos multitudinarios por otros de marcado carácter íntimo, consciente de que lo verdaderamente importante es cubrir etapas manteniendo la cabeza alta y «con dignidad, también ser honesto. Soy consciente de mi suerte, ya que la música se ha convertido en el modo de ganarme la vida y, sin embargo, nunca la he considerado un trabajo. Simplemente soy un tío que hace música, pero las canciones son las protagonistas, no yo». Imposible eludir el asunto: ¿Para cuándo nuevo material discográfico?, y cae la bomba: «Tengo catorce 'cosas' que me encantan».
Dani Martín. Pequeño. Auditòrium de Palma. Hoy, a las 22.00 horas.