Nua lleva años transitando un camino que no es sólo suyo, y que ha ido construyendo con referentes foráneos como Bob Dylan, Neil Young o los Wilco más eléctricos y despeinados. El dúo formado por Marc Grasas y Cati Juan acaba de alumbrar su tercer registro discográfico, Les ombres (2011), donde anudan magia y misterio con un resultado ciertamente inquietante y seductor.
Un disco plagado de nanas adormiladas en el que caben, también, algunas composiciones que se dejan llevar por la luz otoñal. El bautizo en directo de sus nuevas canciones tuvo lugar la pasada semana en el Teatre Sans. Siguen creciendo, aunque hay algo que no cambia, «seguimos cantando en catalán pese a que en algún momento significó un problema para algunos, afortunadamente la situación actual ha cambiado» explica Marc Grasas.
Instrumentalmente riquísimo, Les ombres es su mejor disco de largo, gracias a unas letras a medio camino entre la poesía cotidiana y esa noción de songwriter que aboga por trascender la superficie y calar hasta el tuétano. «Queríamos autoeditar el álbum para disfrutar de una mayor libertad creativa, anteriormente nos sentíamos presos de los técnicos impuestos por la discográfica», desvela. En Les ombres hay ecos del Bob Dylan más luminoso, del alambicado sentido musical de Nick Drake e, incluso, del pop folky de Josh Rouse, pero sobre todo contiene historias que pasan por encima del diccionario para retratar el amor y sus consecuencias con asombrosa determinación. A nivel estilístico, «no ha habido una evolución con respecto a los anteriores trabajos, si bien es cierto que el primero ( Lluny , 2006) era más acústico y el segundo (Química , 2008) algo más eléctrico».