C.DOMENEC x BARCELONA
Con la muerte de doña Obdúlia, el personaje central de Mort de dama (1931), Llorenç Villalonga (Palma, 1897-1980), realizaba un gran retrato de la desaparición del mundo decadente de la Mallorca aristocrática y criticaba la aparición del regionalismo. El Teatre Nacional de Catalunya (TNC), en coproducción, por primera vez, con el Teatre Principal de Palma, recuperan ahora la historia en una adaptación del mallorquín Rafel Duran y Marc Rosich, que se estrenará el 21 de enero en la Sala Petita del teatro barcelonés y estará en cartel hasta el 1 de marzo. El 10 de marzo llegará a Palma.
Será la cuarta producción teatral de Mort de dama. La primera, en el año 1970, se representó en el Teatre Romea de Barcelona con Ricard Salvat y la adaptación de Biel Moll. En 1981 y 1998, el Principal la escenificó de nuevo en una versión de Guillem Frontera que dirigió Pere Noguera.
«Yo quería buscar una fórmula teatral para que los recuerdos se metieran dentro de las conversaciones y dar más ritmo», comentó Rafel Duran, tercer director de Mort de dama. «Nuestros referentes han sido la novela y también L'ombra de la Seu y L'hereva de donya Obdúlia», añadió. Sobre la escenografía de Rafel Lladó, también mallorquín, Duran desveló que «mostramos una casa muy en decadencia como si entrásemos en un palacio casi deshabitado y lleno de polvo».
El reparto del nuevo Mort de dama cuenta con actores catalanes y de las Islas, pero todos hablarán con la modalidad mallorquina. «Los actores catalanes empezaron hace tres meses a practicar con un profesor de dicción (Joan Carles Villalonga) y les ha costado bastante», expuso Duran, quien regresa después de dos años al TNC y ha sido un director habitual de la institución durante las últimas temporadas. «Hemos incidido en algunos personajes periféricos de la novela y tenido muy en cuenta las relaciones entre las mujeres de la obra», contó Duran.
«Villalonga habla de decadencia y aristocracia por lo que parece que tenga unos referentes viscontinianos, pero Visconti se refiere a la decadencia para dignificar a la aristocracia», afirmó Duran. «Mi visión de Mort de dama es más grotesca y parecida a la de Fellini, quien hace sátira de la aristocracia». El director calificó la novela de «una gamberrada de juventud tan bien hecha que es una joya dentro de la carrera de Villalonga».
Finalmente manifestó que «no creo que nadie se escandalice hoy en día por algo de Mort de dama pero sí queríamos dar una visión crítica y esperpéntica». Para el dramaturgo, «los últimos acontecimientos en Mallorca durante los últimos cuatro años suponen un aliciente adicional para representarla y cuando el marqués de Collera muere en una casa de putas, rápidamente vienen a la mente los casos de Rodrigo de Santos, Rasputín o las contradicciones del Partido Popular como ser lesbiana y del partido».