Orfeo tiene que ir al infierno a buscar a su amada, una amada que se ha escapado porque no aguanta a Orfeo. Antes, pero, debe ir al Olimpo, reconvertido en un salón burgués, a pedir permiso. Cuando Júpiter le da el sí, el protagonista baja al infierno, un cabaret. Éste es el nuevo argumento de la obra «Orfeu als inferns» de Jacques Offenbach, una historia que se ha actualizado de la mano de Calixto Bieito, El Terrat y Joan Anton Rechi. La coproducción entre la Fundació Teatre Principal de Palma, el Govern balear, el Teatre Romea y el Gran Teatre del Liceu podrá verse en el patio de la Misericòrdia desde hoy y hasya el domingo.
«En el montaje existe un espíritu crítico», afirmó Rafel Lladó, encargado del vestuario y de la escenografía. La obra «se ha actualizado» y se ha centrado en «criticar la supremacía del mundo rosa por encima de otros hechos más destacados». En la obra, el personaje que representaba a la opinión pública se ha cambiado por «una vedette cómica» que «explica al espectador lo que sucede». Precisamente, la opinión pública es quien convence a Orfeo para que baje al infierno a por Eurídice. «Le preocupa más el qué dirán que su amor por Eurídice».
El reparto está protagonizado por cinco actores-cantantes mallorquines que están acompañados por Mingo Ràfols, Carles Canut y Boris Ruiz. «Para mí, trabajar en esta obra ha significado aprender de todo el mundo y poder salir de la Isla», afirmó David Ordinas, Orfeo en el montaje. Tanto para los actores como para los cantantes, lo más difícil ha sido aprender a cantar y a actuar, es decir, interiorizar un papel al que no estaban acostumbrados. «Intercambiar nuestros roles parecía, en un principio, algo surrealista», aseguró Maia Planas. Al final, se convirtió en «una gran oportunidad». Para Jaume Roca, otro de los mallorquines, participar en «Orfeu als inferns» ha supuesto «un reto» sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una historia «cómica». «No estaba acostumbrado a hacer reír al espectador».