Agentes de la Policía Nacional han detenido en l'Alfàs del Pi (Alicante) a tres personas por presuntamente obligar a mujeres a jercer la prostitución durante 12 horas al día, seis días a la semana, en un local abierto al público bajo la apariencia de un disco pub pero que, en realidad, ocultaba un club de alterna.
Según ha informado la Policía en un comunicado, los arrestados son un hombre, que ya ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Benidorm, y dos mujeres que regentaban el local, que se publicitaba a través de una página web con imágenes de mujeres que, al parecer, ofrecían sus servicios.
La investigación empezó tras una inspección rutinaria realizada por la Unidad Adscrita de la Policía Nacional a la Comunitat Valenciana donde, tras revisar el local, se encontraron «evidencias» de que en dicho lugar se pudiera estar ejerciendo la prostitución porque había habitaciones «a modo de hostal» que no encajaban con la licencia de actividad que tenía.
Según la Policía, la actividad primordial del negocio era la prostitución, que se realizaba de forma clandestina, ya que la zona de las habitaciones se encontraba oculta tras una puerta secreta a la que solo se podía acceder mediante la apertura de un pulsador que se encontraba camuflado entre la barra del local.
En la fase de explotación de la investigación, los agentes detuvieron a los tres presuntos responsables, quienes ejercían tareas diferentes en el negocio: mientras el hombre tenía el control total sobre las mujeres y se encargaba de cobrar los servicios que realizaban y les restringían hablar fuera del local con cualquier cliente, las otras dos arrestadas eran las que vigilaban que esas normas se cumplieran.
Tras las detenciones, se llevó a cabo un registro en el local, donde se intervinieron 11.750 euros en efectivo, medicamentos para la disfunción eréctil y diversa documentación relacionada con los delitos investigados, como anotaciones de nombres de mujeres y cantidades de dinero.
A los detenidos, un varón y dos mujeres, de nacionalidades portuguesa y rumana, de 36, 41 y 64 años, se les imputan delitos relativos a la prostitución y contra los derechos de los trabajadores.