El Gobierno de Aragón ha dado el primer paso para crear una red de casas de infancia en el territorio, con un presupuesto de 1,3 millones de euros, un recurso dirigido a familias que necesitan conciliar la vida personal, familiar y laboral y que ofrecerá «una atención integral y personalizada para niños y niñas de 0 a 3 años en un entorno acogedor, próximo y cercano», en palabras de la consejera de Bienestar Social y Familia, Carmen Susín, que ha presentado la iniciativa junto a la directora general de Familia, Infancia y Natalidad, Eva Fortea, este viernes.
«Ésta es una de las respuestas que está planteando el Gobierno de Aragón a las necesidades que nos transmiten las familias en el cuidado de sus hijos e hijas», ha asegurado Susín.
Suponen «una solución innovadora, adaptada y adaptable al territorio aragonés» que atenderá las necesidades de «cuidados, alimentación, higiene y descanso de los niños y contribuirá a su desarrollo físico, motor, afectivo y social», ha dicho, «siempre en estrecha colaboración con las familias».
La consejera y la directora general han adelantado la previsión para implantar las casas de infancia de aquí a 2025 y han confirmado que está previsto que en los próximos días se publique en el Boletín Oficial de Aragón la orden por la que se convocarán las subvenciones para municipios de las tres provincias. Hasta ahora se han interesado en participar del proyecto unos 60 en todo Aragón.
Estas subvenciones, por un importe total de 1.324.602,08 euros, financiarán la puesta en marcha y el mantenimiento de estos servicios de atención infantil y los municipios beneficiarios deberán cumplir con una serie de requisitos y compromisos que aseguren la calidad, seguridad y sostenibilidad del servicio.
La dotación presupuestaria se conforma con 400.000 euros del Plan Corresponsables y fondos propios del Gobierno de Aragón: en concreto, 674.602,08 euros de las ayudas a la infancia en el entorno rural y otros 250.000 euros de esa misma partida para inversiones y equipamientos.
Respecto al tipo de atención que prestarán estos espacios, la directora general de Familia, Infancia y Natalidad ha detallado que incluirá «actividades como talleres, juegos y acompañamiento en el juego libre, además de la higiene de los niños y niñas y el servicio de administración de alimentos suministrados por las familias».
Serán dichas familias, ha explicado, quienes aportarán «el material de higiene --pañales, toallitas o cremas--, los utensilios, la leche y la comida que se suministre según las necesidades de cada niño».
Sobre el personal, Fortea ha indicado que se ha planteado una ratio de una cuidadora por cada cinco niños; en el supuesto de quieran hacer uso del servicio familias de menores con necesidades específicas de apoyo, se valorará cada caso concreto.
En todo caso, los profesionales que atiendan las casas de infancia deberán poseer alguno de los siguientes títulos certificados y reconocidos por organismos oficiales en cuidados infantiles: Maestra en Educación Infantil o Primaria; técnico superior en Educación Infantil, técnico en Educación Infantil; auxiliar de Guardería o Jardín de Infancia.
También deberán acreditar formación en materia de prevención de riesgos laborales, de primeros auxilios y de manipulación de alimentos.
Conciliación
Las casas de infancia son un servicio diseñado para «conciliar la vida personal, familiar y laboral de las familias que residen en pequeños núcleos rurales», lugares en los que «persisten barreras derivadas de una demografía muy débil y desequilibrada» convive con «una escasez de equipamientos y servicios públicos», según ha expuesto la consejera Susín.
Podrán solicitar plaza en estas casas de infancia todos aquellos que acrediten como residencia o lugar de trabajo el municipio donde éstas se ubiquen y también familias de municipios próximos.
Cada ayuntamiento decidirá si la prestación del servicio a favor de las familias se realiza de forma gratuita o si establece el servicio con copago.
Tendrán preferencia en la convocatoria los municipios en los que no exista ningún otro recurso de atención continuada a la infancia en esa franja de edad de 0 a 3 años y se podrán imputar gastos relativos al personal cuidador contratado para el desarrollo de las actividades --incluyendo salarios, gastos de Seguridad Social y retenciones de IRPF--, adquisición de material fungible, suministros, difusión y publicidad, gestión y administración.
Además de los beneficios directos para los niños y sus familias en cuestión de conciliación, el programa de casas de infancia en el medio rural tendrá «un impacto positivo en la comunidad, promoverá la creación de empleo local, especialmente entre mujeres, y colaborará en el asentamiento de población en núcleos rurales», ha afirmado por su parte Eva Fortea.
«Esta iniciativa es un paso fundamental hacia la mejora de la calidad de vida en las zonas rurales de Aragón que va a proporcionar un apoyo esencial a las familias y que puede ser una pieza clave para el desarrollo sostenible de nuestros municipios», ha concluido la consejera de Bienestar Social y Familia.