La concejal de Seguridad de Bilbao, Amaia Arregi, ha afirmado este jueves en el pleno que no se puede acabar con la venta ilegal de comida en la calle «solo desde un punto de vista policial», aunque ha asegurado que la Policía Municipal «hace y seguirá haciendo su trabajo», y ha pedido la implicación ciudadana para no consumir esos alimentos.
El pleno ordinario de este jueves en Bilbao ha debatido una moción del PP relativa al control de la venta ilegal de comida en la calle, tras la proliferación de estos puestos ambulantes durante la pasada Aste Nagusia.
En la defensa de su moción, el concejal del PP Ángel Rodrigo ha señalado que la venta ambulante de comida no es una actividad «nueva en Bilbao», sino que, según ha alertado, «llevamos años en que esta tendencia ha ido al alza» y supone «un peligro de salud pública», consecuencia de «un cierto aire de dejadez municipal a la hora de atajarlo».
Según Rodrigo, esta situación es consecuencia de la ausencia de la policía administrativa, «que es la policía experta en esta materia», y porque el trabajo policía en el entorno del Arenal «no se puede desarrollar de manera normal».
También ha criticado que el equipo de gobierno diga que «es muy difícil de atajar» la venta ambulante de comida y que «anime» a la ciudadanía a que no consuma en estos puestos, «pasando la responsabilidad al ciudadano».
Evitar que haya unos puestos ambulantes en el entorno del Arenal «no parece una labor muy complicada de conseguir, se soluciona con autoridad y con voluntad política», ha afirmado, para advertir de las «nefastas consecuencias» que puede tener el auge de esta actividad para las personas que hacen uso de este tipo de establecimientos.
«Si es una actividad que saben dónde se realiza, que se realiza de modo habitual, saben quién la realiza y cómo la realiza, y estamos todos de acuerdo en que eso es una barbaridad y que es un peligro evidente para la salud pública, ¿por qué se permite la actividad?», ha preguntado Rodrigo, para insistir en que «no se actúa porque no se quiere actuar» porque «es en el entorno festivo».
Desde Elkarrekin Bilbao, el concejal Xabier Jimémez ha compartido la preocupación por la venta ambulante de comida durante la Aste Nagusia y porque el crecimiento de puestos ha sido «exponencial», al tiempo que ha destacado el esfuerzo «importante» realizado por las autoridades y la Policía Munipal para su retirada, con «95 kilos retirados frente a los 6 del año anterior».
Tras advertir que la venta ambulante de comida sin control alguno supone «un riesgo importante para la salud», Jiménez ha compartido la necesidad de impulsar las medidas necesarias para «un mayor control de la venta ilegal de comida en la calle», pero ha advertido que «esos mecanismos no pueden ni deben limitarse a una mayor presencia policial», sino que la mejor herramienta es «la información a los vecinos» y trasladar a la ciudadanía de Bilbao y a visitantes «un mensaje claro de que esos puestos no son seguros».
La edil de EH Bildu Garazi Perea ha indicado que el de la venta ambulante de comida «no es un fenómeno ni nuevo ni exclusivo de Bilbao», al tiempo que ha reconocido que les preocupa el tema, así como que la respuesta sea «meramente policial». «Ya se decomisan kilos y kilos de comida y el fenómeno no ha desaparecido, ni lo va a hacer si no acompañamos el control estrictamente policial con otras medidas más efectivas», ha dicho.
En ese sentido, ha propuesto «abrir el camino para poder regular algunos de esos puestos en un espacio en el que no se comprometa la seguridad de las personas que están disfrutando de las fiestas ni de las personas vendedoras, exigiendo unas medidas sanitarias concretas, como carnet de manipulador de alimentos y memoria sanitaria como se hace con otros puestos de venta ambulante de comida».
Gobierno
En su respuesta a los grupos, la concejal de Seguridad, Amaia Arregi, ha recordado que este año 2024 se han decomisado 95 kilos de comida procedente de venta ambulante, mientras que en 2023 fueron 12 los kilos incautados y el año 2022 ascendieron a 49.
Tras afirmar que no es cierto que la Policía Municipal no pueda desarrollar su trabajo con normalidad en el entorno del Arenal, porque si esto fuera así «tampoco se darían detenidos durante Aste Nagusia», Arregi ha coincidido en que no se podrá acabar con esta práctica «solo desde un punto de vista policial», pero ha asegurado que la policía «hace y seguirá haciendo su trabajo».
En ese punto, ha considerado necesaria «la implicación de la ciudadanía, que seamos conscientes de que adquirir y consumir estos alimentos puede conllevar grave riesgo para salud» porque «desconocemos la trazabilidad de los alimentos, dónde han sido adquiridos, cómo, dónde y en qué condiciones han sido cocinados, y cómo y dónde se han mantenido».
Arregi ha señalado la necesidad de incidir «y repetir el mensaje desde las distintas áreas del Ayuntamiento cuantas veces sea necesario para ayudar a no consumir estos alimentos».
La responsable de Seguridad ha reconocido que «no es fácil acabar» con la venta ilegal de alimentos, que «existe en todos los países del mundo y no solamente alrededor de Aste Nagusia», lo cual «no quiere decir que esté bien y que la policía no tenga que actuar y perseguir estas actividades que son ilegales».
En ese sentido, ha insistido en que la Policía Municipal «actúa y trabaja donde tiene que trabajar, también en el recinto festivo» y ha lamentado que lo que inicialmente «se planteaba como un tema de salud pública» en el todos estaban de acuerdo haya terminado en un cuestionamiento del modelo policial y festivo.