El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reinagurudado este miércoles el Saló de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, que recupera parte de su aspecto original una vez retiradas la pinturas añadidas en la dictadura de Primo de Rivera en 1926 y 1927: «Un acto de justicia y de dignidad: gracias por devolver la luz».
Han asistido el presidente del Parlament, Josep Rull; los expresidentes de la Generalitat Jordi Pujol y Quim Torra --bajo cuyo Govern se impulsó el proceso de retirada-- y los consellers de la Generalitat, entre otras personalidades.
Imperialismo y colonialismo
En su discurso, Aragonès ha asegurado que la luz es el mejor símbolo del espacio y que había que recuperar su vigor y energía recuperando la luz natural y «desprenderse de la oscuridad impuesta, de una imaginería impuesta por la dictadura de Primo de Rivera» que imponía un relato que alentaba el imperialismo y el colonialismo, ha dicho.
Ha subrayado que el lugar es expresión del arte renacentista y «símbolo de la continuidad y permanencia» de la institución de la Generalitat, por lo que ha dicho que era necesario dignificarlo y reconciliarlo con el pasado.
Sobre la continuidad y permanencia de la Generalitat, Aragonès ha recordado que es la expresión de la voluntad de los catalanes de gobernarse, desde su fundación, la época medieval «cuando recaudaba impuestos» y los negociaba con la Corona, y la etapa contemporánea como gobierno democrático.
"continuar preservando" el govern
Ha remarcado de la Generalitat «su significado, su trayectoria y su vocación de continuidad y permanencia», y que la dimensión histórica, tanto pasada como futura, es lo que se debe preservar siempre para la ciudadanía.
Aragonès ha abogado por «continuar preservando un Govern para toda la nación», y ha asegurado que con el renacimiento del Saló de Sant Jordi se recupera un símbolo que debe inspirar para el futuro.
Trabajos iniciados en 2023
Los trabajos de restauración, que se iniciaron en mayo de 2023, han culminado en 16 meses, en los que los técnicos y restauradores han extraído las pinturas al óleo sobre tela situadas en los paramentos y en una parte del techo del salón.
Eran 24 pinturas de gran formato ubicadas en las paredes laterales y 45 obras de formato inferior ubicadas en los arcos del techo que suponían un total de 860 metros cuadrados de pintura.
El proyecto se ha basado en recuperar, hasta donde ha sido posible, la arquitectura de Pere Blai y su estado renacentista original, tanto en la forma como en los materiales, por lo que una vez retiradas las pinturas de 1926 y 1927 se han priorizado las labores de limpieza, consolidación y recuperación del estuco original renacentista y la restauración de la policromía renacentista.
En los paramentos, donde había habido pinturas murales de Joaquim Torres García que fueron arrancadas en 1966, se han encontrado las incisiones con restos de pintura que hizo el artista en la capa de preparación del fresco, que corresponden al trazado de los dibujos para situar la composición de las escenas.
En la zona delantera del Saló se pueden ver ahora cuatro ventanas visibles desde la fachada principal que habían sido tapiadas justo antes de colocar las telas en 1926 y 1927, se ha retirado la lámpara central para permitir entrada de luz natural, y se ha recuperado la decoración al fresco de Torres García en la bóveda de medio punto a los pies del espacio, que había quedado tapada.
La directora del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, Mireia Mestre, ha dicho que el espacio recupera su carácter «diáfano», que contrasta con el aspecto pesado del antiguo salón.
Mestre ha destacado la recuperación de las ventanas y la linterna y que también se han podido mantener intervenciones posteriores al proyecto de Pere Blai como las de Torres García, tras retirar las pinturas de 1926 y 1927 de «inspiración reaccionaria».