La Policía Local de Valencia estrena un medidor «pionero en España» para sacar de la circulación «todos aquellos patines eléctricos que excedan la velocidad y la potencia establecidas para este tipo de VMP (vehículos de movilidad personal)». El objetivo de esta nueva herramienta --desarrollada de manera coordinada entre una empresa valenciana de ingeniería y la Universitat Politècnica de València-- es plantar cara al crecimiento «exponencial» de accidentes.
De hecho, desde 2018 «se ha doblado» el número de siniestros con participación de los patinetes y en 2023 «se alcanzó una cifra superior a unos 900». Por tanto, «es una obligación por parte de las administraciones públicas hacer algo al respecto».
Así lo ha remarcado el concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de València, Jesús Carbonell, que ha asistido este martes, junto al jefe de la Policía Local, José Vicente Herrera, y el comisario jefe de la División de Seguridad Vial de la Policía Local de València, Paulino Parrilla, al primer control realizado con este instrumento en la calle Játiva a la altura de la Plaza de Toros.
El dinamómetro ha sido adquirido por la Policía Local de Valencia después de trabajar durante unos nueve meses con la universidad y la empresa para desarrollar este modelo, que está homologado y que va a permitir sancionar a todos aquellos vehículos que superen la potencia o velocidad permitida (25 km/h).
En este sentido, el edil ha precisado que los patinetes que suelen superar la potencia o velocidad permitida «son solo en torno a un 5% de los vehículos de movilidad personal que circulan por nuestras calles», pero ha remarcado que «realmente son muy peligrosos y puedan ocasionar graves daños».
El modelo, además, «permite tramitar las sanciones con todas las garantías porque facilita obtener un informe que sirva efectos de prueba y que dé seguridad jurídica para los procedimientos». «Hasta la fecha no existía esta posibilidad y, a partir de ahora la Policía Local de València, va a poder sancionar con todas las garantías y es una medida pionera en España», ha apostillado.
El responsable de Movilidad ha subrayado que, a través de la campaña que el consistorio ha puesto en marcha para controlar los patinetes, se constata que «los incumplimientos derivados de este tipo de vehículos de movilidad personal superan con mucho los de las bicicletas» y, por tanto, «hay que hacer especial hincapié».
Preguntado por las críticas de la oposición acerca de que el equipo de gobierno enfatiza demasiado la 'caza' a estos vehículos, Carbonell lo ha negado y ha defendido que «la seguridad vial es fundamental para el Ayuntamiento», tanto la de los peatones como la de los propios conductores.
Por su parte, el comisario Paulino Parrilla ha recalcado que «no se trata de ir contra los VMP, porque es una movilidad que ha venido para quedarse». «Es una cuestión de que, después de la pandemia cuando empezaron a proliferar, tenemos que convivir distintos usuarios de la vía».
"no se trata de criminalizar"
«No se trata de criminalizar este tipo de transporte, al contrario, hay que favorecerlo, pero los cumplimientos manifiestamente ilegales hay que retirarlos de la vía», ha aseverado el comisario, que ha detallado que la sanción al reglamento general de vehículos contempla 500 euros y, además, conlleva, siempre que supere la velocidad o la potencia, la inmovilización del vehículo.
El comisario ha reconocido la preocupación del cuerpo de seguridad ante el crecimiento «exponencial» de la siniestralidad con resultados «cada vez más graves». «Un VMP que circula a más de 50 kilómetros por hora, cuando colisiona con un peatón, es una bomba», ha exclamado.
Y ha añadido que «era preocupante no poder controlar lo que estaba pasando en la ciudad, sobre todo la gravedad». Por ello, ha comparado las nuevas medidas de control con el momento en el que el casco comenzó a ser obligatorio para los motoristas. «Costó adaptarse pero, al final, hoy sería imposible ver conducir a alguien sin casco; la intención es esa, que se cumplan las normas».
Interrogado por los patinetes 'trucados', Parrilla ha comentado que los hay, especialmente algunos que se venden por plataformas de venta online, donde no hay ningún control, o, incluso, por medios de algunos talleres. En este sentido, ha apuntado que cada vez cuesta más detectarlos debido al avance de las tecnologías. Ante esta situación, ha abogado por normativas que regulen el correcto uso de estos vehículos.