El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha recordado que este domingo hace seis años de su regreso a Waterloo (Bélgica) tras su detención en Alemania, donde ha defendido que se le aplicó una justicia imparcial y «sin interpretaciones enrevesadas».
«La experiencia alemana fue útil para muchas cosas, no sólo para derrotar a la ofensiva del Estado buscando la extradición y lograr una sentencia que hoy todavía atraganta a algunos jueces, políticos y periodistas españoles, sino para comprobar lo que es una justicia imparcial», ha escrito en una publicación en X, recogida por Europa Press.
A su juicio, ser imparcial no quiere decir ser infalible y, como en todos los sitios, en Alemania también se cometen errores, pero «tranquiliza mucho saber que la decisión que te concierne no la tomará un juez que odia todo lo que representas, sino alguien que aplicará la ley, sin interpretaciones enrevesadas».
«En las democracias de verdad, la obligación democrática prevalece por encima de la devoción patriótica», ha concluido.