Los comercios de proximidad de la Comunitat Valenciana reivindican en un nuevo vídeo, con un tono alegre y humorístico, las 'Pequeñeces' que les dan su identidad y que como negocio «vas perdiendo cuando creces», como «que un barrio sea un barrio por el que no dé miedo pasar» o que «te saluden al pasar», «te tengan la compra preparada» y «se acuerden de tu tía, la que vive sola y hace tres días que no baja».
La nueva campaña 'Pequeñeces' de la Confederació de Comerç d'Alacant, Castelló i València (Confecomerç) busca replicar la «viralidad» que logró su anterior acción publicitaria 'Principios para recuperar los principios', retomando su tono simpático, y se difundirá en las redes sociales de la entidad y de sus 204 asociados.
El presidente de Confecomerç, Rafael Torres, ha destacado durante la presentación de la iniciativa la necesidad de «llegar al consumidor y a las administraciones» y concienciar sobre el valor que aporta el comercio de proximidad a la sociedad.
En ese sentido, ha subrayado que el comercio de proximidad es «absolutamente necesario en la sociedad en términos de empleo y vertebración del territorio», porque está disponible en lugares donde la población no puede acceder a otros formatos comerciales.
Aunque la campaña está planteada en «positivo» y sin ánimo de «poner el enfoque en la pena», el vídeo expone, entre escenas cómicas, que en 2023, el número de pequeños comercios alcanzó su cifra más baja en la serie histórica.
En la Comunitat Valenciana, cerraron 4.000 comercios pequeños y abrieron 3.000 el año pasado, más que en el año de pandemia, ha detallado Torres. «Buena parte» de los cierres son negocios recientemente abiertos y del entorno digital, ha puntualizado.
Competencia "desleal" y relevo generacional
«Hay preocupación» en el sector por las consecuencias de la «competencia desleal» de las grandes superficies o las plataformas online, los efectos de la reducción de la jornada laboral, de la liberalización horaria o la falta de relevo generacional. Así,
Sobre esta problemática, cerca del 60% de los autónomos del comercio valencianos de proximidad tienen más de 60 años y están próximos a la jubilación, ha explicado Torres, antes de reclamar que «las administraciones deben asumir en primera persona» esta situación y tomar medidas".
El presidente de Confecomerç ha lamentado que la crisis sanitaria y después la inflación y la subida de costes han ido «debilitando» al comercio proximidad, integrado en la Comunitat Valenciana por 55.000 negocios «muy pequeños» y «atomizados», de los que cerca del 50% son autónomos sin empleados y el 98% tiene menos de cinco trabajadores.
«A veces son muertes lentas» porque los márgenes de beneficio del sector «no permiten trasladar toda la problemática al precio» sin perder competitividad respecto a otros formatos que «compran más barato y distribuyen más sus gastos», ha relatado Torres.
Esto «hace que nos vayan expulsando» y «hay que intentar que el cambio no sea siempre a costa de cerrar un comercio tradicional para sustituirse por una franquicia o una cadena, que hace que se pierda identidad y se genere otro tipo de empleo menos estable», según Torres, que ha detallado que el sector da empleo a 219.000 personas en la Comunitat Valenciana y es la actividad privada que más puestos de trabajo genera.
Pide al consell un "cambio de enfoque"
Frente a todo este escenario, Confecomerç ha reivindicado que la Generalitat «cambie el foco» y «empiece a darle al comercio tradicional la importancia que tiene y a subir el presupuesto» para apoyarlo. Ha lamentado que las ayudas al comercio de proximidad solo supongan 10 millones de euros en las cuentas autonómicas, para un sector que representa «el 13% del PIB de la Comunitat Valenciana y el 18,9% del empleo».
Torres ha indicado que la competencia sobre el sector está transferida a las comunidades autónomas y que son estas las que «más tienen que subir los presupuestos». La falta de recursos para el sector, ha señalado, es «endémica» en todo España, pero el comercio de proximidad de la Comunitat Valenciana «es un sector infrafinanciado en una comunidad infrafinanciada».
En cuanto a las medidas concretas, Confecomerç ha planteado medidas de carácter fiscal o sobre las cotizaciones de la Seguridad Social, paquetes de ayudas, fomentar puntos de encuentro entre la oferta y la demanda y también el acceso a fondos europeos y proyectos que sean escalables después al sector, en materias como la digitalización de procesos.
Rebajas con diferentes "reglas de juego"
Otra de las reivindicaciones de Confecomerç es que «las normativas equiparen el campo de juego» ante la «competencia desleal» de las plataformas online y de grandes superficies. «Nos preocupa la competencia desleal» y la «ignorancia de los gobiernos en cuanto a medidas a nivel nacional y europeo, lo poco que está en boca de los políticos».
En este sentido se ha referido a la campaña de las rebajas, que se iniciará en los próximos días, y en las que ha pedido «las mismas reglas para todos» y que «cuando se llamen rebajas, se cumplan ciertos requisitos que den garantías al consumidor, que las perdió cuando se liberalizaron».
En concreto, ha criticado que «no están reguladas» en cuanto a aspectos como su fecha de apertura y de cierre y las condiciones que se deben cumplir" evitando situaciones como la subida de los precios de partida sobre los que se aplica el descuento.
«Las rebajas como tal ya no existen» porque «ya no sirven para dar salida al stock de temporada y comprar el de la temporada siguiente», sino que se lanzan tiradas de productos específicas y se utilizan las rebajas como un reclamo comercial en el que los «más beneficados son los grandes porque tienen más capacidad de efecto llamada», ha dicho Torres.
Por otro lado, Rafael Torres ha valorado muy negativamente los efectos que puede tener la reducción de la jornada laboral en el sector, porque «los más débiles necesitan más presencialidad» y tienen «menos capacidad económica» para hacer frente a la medida. Así, ha pedido que se tenga en cuenta en la norma el sector al que pertenece una empresa y su tamaño, como defiende la CEOE, y ha planteado que se ofrezca una moratoria de la medida a empresas pequeñas para que puedan adaptarse.