La multinacional sevillana Persán ha inaugurado su nueva fábrica en Polonia, situada en Wróblowice, en una zona muy próxima al anterior centro de producción ubicado en Wroclaw, en el sur del país. Al acto han asistido el embajador de España en Polonia, Ramiro Fernández, el cónsul honorario de España en Wroclaw, Jesús García-Nieto, la consejera de la región de Baja Silesia, Natalia Golab, y el teniente de alcalde de Miekinia, Marcin Szuchta. Permitirá aumentar la capacidad de producción de la multinacional sevillana en el país en un 65% tras una inversión de 80 en la construcción.
La planta dispone de una superficie de 100.000 metros cuadrados y destaca por su «alta tecnología» y por ser un «referente» en sostenibilidad. En la inauguración, el embajador de España en Polonia, Ramiro Fernández, ha indicado que «la apertura de esta planta no sólo marca un hito en la estrategia de expansión de Persán, sino que también representa un ejemplo emblemático de la capacidad de las empresas españolas para innovar y prosperar en mercados internacionales tan exigentes como el polaco».
Además, ha puntualizado que esta fábrica ayudará a «fortalecer aún más las excelentes relaciones entre Polonia y España» y «contribuirá a la creación de empleo, a la sostenibilidad y al progreso tecnológico de esta preciosa región polaca». La presidenta de Persán, Concha Yoldi, ha señalado durante su discurso que este día «es la constatación del sueño que tuvo el anterior presidente de Persán, mi marido José Moya, hace más de una década. La visión de una Persán internacional, que llegara a todos los rincones de Europa, primero, y del mundo después; líderes en su sector y ampliando su gama de productos».
Yoldi ha recalcado que «Polonia fue nuestra primera experiencia fuera de Sevilla» y ha precisado que para el desarrollo de la empresa en el país ha sido clave la idiosincrasia de Wroclaw y de la región de Baja Silesia, muy similar a la de Sevilla. En este punto ha hecho mención especial a las personas que se han encontrado en la zona: «Trabajadores responsables, eficientes, valientes y comprometidos con Persán y su desarrollo». Por su parte, el CEO de Persán, Antonio Somé, ha recordado la figura de José Moya y el comienzo de este proyecto: «Fue él quien tuvo la idea de extendernos al mercado internacional».
Asimismo, Somé ha puesto en valor las inversiones realizadas en la nueva fábrica, que han ascendido a un total de 80 millones de euros en los dos años que han durado las obras. En este periodo Persán ha conseguido simultanear la producción de las dos fábricas y atender a sus clientes en Europa.
La nueva planta cuenta con edificio de producción de líquidos con laboratorios de calidad, nave de producción de detergentes en polvo, edificio de oficinas con laboratorios de I+D, almacenes de materias primas y productos terminados, área de residuos, planta depuradora de aguas residuales y estación contra incendios. De los 100.000 metros cuadrados de superficie, 37.000 corresponden a edificios en planta.
Gracias a estas características, la empresa ha pasado de una capacidad de producción en Polonia de 300.000 toneladas al año a 500.000. Más de 1.000 personas trabajan en estas instalaciones. También hay que destacar que la Fundación Persán ya ha realizado diversas iniciativas en la zona. Ha apoyado económicamente a un orfanato en Wroclaw y dona periódicamente productos de primera necesidad a entidades sociales de Baja Silesia. La intención es seguir desarrollando acciones sociales que «repercutan positivamente» en el entorno al igual que se hace en Sevilla y Saint-Vulbas, las otras dos ciudades en las que Persán tiene centros de producción.