El Museo Goya de Fundación Ibercaja abre una ventana al Mediterráneo y su característica atmósfera lumínica con la exposición 'En el mar de Sorolla con Manuel Vicent', que puede visitarse hasta el próximo 22 de septiembre, y en la que se exhiben 50 pinturas de pequeño y gran formato acompañadas del relato del escritor valenciano.
El recorrido a través de la muestra se articula en cuatro espacios: 'El subconsciente está lleno de algas', 'Un drama naturalista bajo la luz del Mediterráneo', 'Veraneantes burgueses en el Cabanyal', y 'En el mar de Xàbia'. Las pinturas de Sorolla dialogan con la pluma de Manuel Vicent, ya que ambos comparten origen, recuerdos y vivencias.
La presentación de 'En el mar de Sorolla con Manuel Vicent', este jueves, ha contado con la presencia del director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo; la directora del Museo Goya, May Forcén; y el director del Museo Sorolla, Enrique Varela.
José Luis Rodrigo ha asegurado que 'En el mar de Sorolla con Manuel Vicent' «une la belleza y la luz tan propia del Mediterráneo y de Sorolla con la forma de vida de sus gentes».
Entre pinturas «icónicas» del artista valenciano se cuelan niños adolescentes, pescadoras y hombres faenando en el mar, aunque también burgueses que convirtieron la costa en su lugar de ocio. Todas las obras proceden del Museo Sorolla y de su Fundación.
Asimismo, Rodrigo ha celebrado que, tras muchos años sin mostrarse al público, el Museo Goya sea el escenario en el que 'Pescadores valencianos', una obra de 1903, vuelva a admirarse. «Es todo un acontecimiento», ha apuntado.
«Acercar el arte y la cultura a la sociedad es uno de nuestros principales compromisos desde la Fundación Ibercaja y en esta ocasión lo hacemos a través de un encuentro único entre Joaquín Sorolla, el pintor de la luz, y el maestro aragonés más universal, Francisco de Goya», ha afirmado José Luis Rodrigo.
La directora del Museo Goya ha confiado en que esta muestra «inspire y deleite» a los amantes del arte y también a quienes se acerquen por primera vez a la obra del «brillante» pintor que fue Joaquín Sorolla.
Un relato en torno al mediterráneo
Por su parte, el director del Museo Sorolla, Enrique Varela, ha determinado que esta exposición en el Museo Goya de Fundación Ibercaja en Zaragoza es «un objetivo cumplido», puesto que se puede enmarcar en los actos oficiales de conmemoración del centenario del fallecimiento del pintor valenciano.
Varela ha remarcado la importancia de exponer parte de la obra de Sorolla en el Museo Goya citando al también escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, «que también esta presente en estas salas y decía de Sorolla que era nieto de Velázquez e hijo de Goya». Con lo cual, ha considerado, «existe una ligación biográfico-artística» entre los dos pintores.
Ha calificado la exposición en el Museo Goya como «inédita», ya que aúna un comisariado literario, a cargo de Manuel Vicent, con una muestra plástica, como es la pintura de Sorolla, algo «poco frecuente» en España pero que en este caso ha dado un resultado «óptimo y que se puede disfrutar doblemente».
No obstante, Varela ha descartado que esta combinación se trate de una «invención u ocurrencia», argumentando que la crítica literaria se ha referido en reiteradas ocasiones a Vicent como «el Sorolla de las letras», aludiendo a la «complicidad» entre los dos coterráneos.
En definitiva, «la exposición es un homenaje al Mediterráneo, a sus paisajes y a sus gentes en la que la pintura de Sorolla y la literatura de nuestros contemporáneos da como resultados momentos mágicos», ha opinado Varela.
Cuatro espacios
En 'El subconsciente está lleno de algas', el espectador se adentra en recuerdos y experiencias que rememoran la infancia y adolescencia cerca del mar, con obras tan emblemáticas como 'Después del baño', 'Saliendo del baño', 'Niña en la playa de Valencia' o 'Nadadores, Jávea'.
En la siguiente sección, 'Un drama naturalista bajo la luz del Mediterráneo', Manuel Vicent y Blasco Ibáñez «dan voz» con su literatura a las pescadoras y hombres que faenaban en el mar, ofreciendo un relato heroico en torno a ellos. En este punto, se pueden contemplar 'Pescadora con su hijo', 'Pescadoras valencianas', 'Cordeleros', 'Esperando las barcas', 'Valencia' o 'Pescadores Valencianos'.
El trabajo en el mar convive con el ocio de los burgueses valencianos, que a finales del siglo XIX y principios del XX descubren el «turismo de balnearios». Por tanto, son dos miradas que se contraponen pero que Sorolla recogió igualmente en sus lienzos.
En esta parte dle discurso expositivo, denominada 'Veraneantes burgueses en el Cabanyal', se incluyen retratos de sus familiares como 'Clotilde en la playa' --su mujer--, 'Antonio García en la playa' --su suegro--, e incluso 'Autorretrato con fondo de mar'.
Por último, 'En el mar de Xàbia', dedicada a Jávea, «un escenario que deslumbró a Sorolla por sus matices verdes y azulados y por la profundidad de sus aguas», ha comentado Varela, revela una transformación «vibrante» en la producción del valenciano, como se aprecia en 'Mar de Jávea', 'Isla del Portichol, Jávea', 'Noria, Jávea'.
Catálogo y talleres
De forma paralela a la exposición, Fundación Ibercaja ha realizado un catálogo que reúne todas las obras y los textos expuestos, junto con los artículos del director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, Isaac Sastre de Diego, y del director del Museo Sorolla, Enrique Varela.
Para profundizar en el conocimiento de la obra de Joaquín Sorolla y comprender mejor el contexto histórico, social y personal en que pintó, se han organizado visitas guiadas para adultos y programas didácticos para escolares de Primaria y Secundaria.
Además, se desarrollará el taller dirigido a familias 'Sorolla y los colores del mar', donde además de conocer la exposición, los participantes podrán recrear el universo del pintor valenciano en su propia obra de arte.
Joaquín Sorolla (1863-1923), de origen valenciano, es uno de los pintores españoles más destacados del siglo XIX y principios del XX, conocido por su habilidad para capturar la luz y el movimiento, lo que le ha valido ser considerado «el pintor de la luz», en parte, por el uso prodigioso de los blancos en su producción.
Tras formarse en su ciudad natal y Roma, en 1894 entra en contacto con la pintura impresionista en París, lo que supuso una verdadera revolución en su estilo. Es especialmente reconocido por su dedicación a la costa mediterránea, a través de retratos, escenas de playa y paisajes, que plasma con un protagonismo absoluto de la luz como en 'Niños en la playa', 'Paseo a orillas del mar' o 'El baño del caballo'.
Su popularidad se extendió por toda Europa, con exposiciones en París, Berlín, Colonia y Londres, para después exhibir sus cuadros en diferentes ciudades de Estados Unidos.