Una juez de Almería ha condenado a los dos responsables en materia de seguridad de una empresa de Santa María del Águila en El Ejido (Almería) en la que un trabajador quedó incapacitado tras sufrir una violenta explosión en enero de 2018 al cortar con una amoladera un depósito de hierro que era utilizado para almacenar combustible.
El fallo, dictado en firme ante la conformidad de las partes, apuntan que ambos responsables no habían impartido al trabajador la obligatoria formación en materia de prevención de riesgos laborales ni le habían hecho entrega de la documentación en materia de seguridad así como tampoco le habían puesto al corriente de la misma.
Del mismo modo, según recoge la resolución judicial consultada por Europa Press, los encargados no habían realizado las inspecciones periódicas al depósito de combustible, el cual carecía de rótulos con señales de peligro, de manera que el trabajador «desconocía las medidas de precaución que debían adoptar al efectuar el corte del depósito con la máquina amoladora».
Ambos responsables han sido condenados a un año y medio de prisión por un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso ideal con un delito de lesiones por imprudencia grave en la que se ha tenido en cuenta la reparación de daño. Cada uno deberá indemnizar a la víctima con el pago de 100.000 euros.
El perjudicado había sido contratado casi cinco meses antes de sufrir el accidente como oficial de segunda destinado a ser operador de maquinaria en la empresa, dedicada a la producción de asfalto y su extensión en obras.
Entre sus funciones estaban la realización de tareas de control de los componentes para la fabricación de mezclas asfálticas en caliente, el control del resto de operaciones de la planta, movimientos de tierra y pequeños trabajos de mantenimiento y reparación así como la utilización de diversos equipos y máquinas.
El accidente se produjo en la mañana del 26 de enero de 2018, cuando se encontraba en el centro de trabajo y cortó con una radial la parte superior del depósito de hierro que tenía capacidad para almacenar casi 2.300 litros de combustible y que, en ese momento, contenía unos 158 litros en su interior así como los vapores propios de este elemento.
Las chispas que desprendían la máquina junto con los gases del fuel fueron las que provocaron la fuerte deflagración, que pudo afectar a otros trabajadores cercanos de la empresa.
El hombre, pese a ir protegido con botas, mono de trabajo, chaleco y guantes, sufrió múltiples y severas heridas por todo el cuerpo de las que tardó en curar 700 días, tras cuatro intervenciones quirúrgicas.
Asimismo, sufre secuelas de importancia que le han ocasionado una pérdida de calidad de vida «muy grave», con su declaración de incapacidad permanente absoluta para cualquier profesión. El perjudicado, a través del seguro de la empresa, fue indemnizado antes del juicio en concepto de responsabilidad civil con 150.000 euros.
La juez accedió a la suspensión de la pena privativa de libertad por un plazo de dos años con la condición de que ninguno de los dos condenados vuelvan a cometer un nuevo delito durante este periodo de tiempo.