El Centro de Interpretación de la Judería de Calatayud ha abierto sus puertas este fin de semana, en el corazón del barrio de Consolación, en una antigua bodega descubierta en el transcurso de unas obras que se llevaban a cabo cuando se sustituían redes y pavimentos en la plaza de este barrio.
Así, se ha convertido en un espacio que dará a conocer el legado judío y que quiere ser referente cultural y turístico de la ciudad, ha informado el Ayuntamiento.
La Judería de Calatayud fue la segunda más importante de Aragón, después de la de Zaragoza. Aunque apenas quedan vestigios de su relevancia en el trazado urbano de esa zona de la capital bilbilitana, si existe abundante documentación que explica cómo era el día a día de los judíos, sus casas, sus tradiciones, su religión, o quienes fueron algunos de sus vecinos más ilustres en diferentes campos.
El Ayuntamiento de Calatayud ha invertido 189.000 euros en esta intervención, para la ha contado con la financiación europea EDUSI. La rehabilitación de esta bodega se ha llevado a cabo por la empresa local Construcción Blas Montañés, según el estudio y proyecto del arquitecto Pedro Iglesias.
Este espacio tiene unos 50 metros y está a cinco metros de profundidad sobre el nivel de la plaza, donde se ha realizado una rampa escalera para acceder a la zona baja. Desde esta bodega continúan otros túneles de la misma época.
Judería de calatayud
La Judería de Calatayud llegó a contar con 800 personas en 190 casas y con al menos siete sinagogas que han sido documentadas, aunque sólo se conservan restos de dos.
La Sinagoga Mayor renovada por completo y hoy ermita de Consolación, y la de Tejedores o Menor, dentro de una propiedad privada y muy transformada.
Quienes visiten el Centro de Interpretación de la Judería de Calatayud van a encontrar una serie de paneles interpretativos que también estarán en las calles del barrio y una gran maqueta de esa parte de la ciudad que ha sido creada por el taller de carpintería del Programa Experiencial de Empleo.
En los paneles se narra cómo era la Judería de Calatayud, sus límites físicos en la ciudad, su historia, sus casas, su forma de vida, las sinagogas o la religión hebrea, entre otros contenidos. También se ha incorporado un discurso especialmente dedicado a los niños con descripciones adaptadas a su edad, para que se inicien en el conocimiento de esta parte de su historia y cultura. De este contenido se ha encargado la empresa Tintaura.
El equipamiento elegido es sencillo porque se ha pensado como complemento a las explicaciones de los guías y como punto de partida. A partir de ahí se invita a recorrer las callejuelas de esta parte alta de la ciudad, que estuvo fortificada y rodeada por tres castillos de los cinco que se conservan del Conjunto Fortificado Islámico, el más antiguo de la península ibérica de época islámica. Son los de Doña Martina, la Torre Mocha y el de La Peña.
Recuperar patrimonio y ampliar la oferta turística
A partir del siglo XIII, la Judería estaba completamente cerrada y se accedía a ella a través de cuatro puertas. Las casas privadas que en ella había no eran muy espaciosas y mostraban notables diferencias entre las de familias acomodadas y las más humildes.
Era común que hubiera plazoletas comunitarias a las que daban varias casas y solían tener bodegas y pozo. El núcleo de la vida medieval de los judíos lo marcaba la Torah, que regulaba desde la alimentación a la actividad social.