La Fundación Ana Bella, fundada por Ana Bella Estévez, una «superviviente» a malos tratos por parte de su ex marido, ha propuesto este lunes en el grupo de trabajo en el Parlamento de Andalucía para garantizar la protección de menores ante el acceso a la pornografía en internet que la comunidad autónoma «cree su propia aplicación de bloqueo de páginas porno en todos los dispositivos», así como una asignatura «obligatoria desde los tres años» en educación integral en sexualidad para dotar a los niños de conocimiento con los que tener relaciones basadas en el respeto.
En su intervención en el grupo de trabajo, Ana Bella --cuya iniciativa ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Meridiana y la Medalla de Andalucía a los valores humanos-- ha alertado de que «con el porno, los niños aprenden que el placer reside en dominar a la mujer», en una suerte de antesala de posibles malos tratos. De hecho, ha sostenido que, «en la mayoría de los casos», las escenas porno «no son interpretadas por actrices sino que están reproduciendo verdaderas agresiones sexuales contra las mujeres».
Tras dos décadas de trabajo para combatir la violencia de género contra las mujeres y tras sufrir once años malos tratos, Ana Bella ha relatado en la Cámara que «hemos ido viendo cómo la influencia de la pornografía vejatoria hacia la mujer se traspasa a las relaciones entre adolescentes, que reproducen las violencias sexuales a las que tienen acceso ilimitado, anónimo y gratuito a través de las redes».
En esta línea, ha apuntado que el vídeo porno más visto en internet --con 225 millones de visitas-- muestra a cuatro hombres que raptan a una mujer, la desnudan contra su voluntad y finalmente la acaban violando con una «agresividad brutal». «La mitad de los vídeos porno contienen agresiones verbales y el 90% muestran agresiones físicas», ha asegurado.
Ante esta realidad, la Fundación Ana Bella pide presupuesto «suficiente» para tomar medidas de sensibilización, formación y restricción de acceso al porno para evitar, entre otras cosas, que las adolescentes cuenten que «a sus novios les pone estrangularlas mientras practican sexo; incluso a ellas también les mola porque si no sienten que sus parejas no las desean».
«Se me ponen los pelos de punta recordando las veces que perdí la conciencia y pensé que me moría cuando mi marido me estrangulaba», ha recordado, al tiempo que se ha sumado a la propuesta de que «por Ley» se obligue al uso del dominio .xxx en las páginas web cuyo contenido sexual supere el 30% para que así el acceso sea para mayores de edad.