La Audiencia de Barcelona ha condenado a penas de hasta siete años de prisión por delitos de lesiones, detención ilegal, falsedad documental y contra la integridad moral a cuatro mossos d'Esquadra por la detención violenta a un joven chileno que se saltó el confinamiento en noviembre de 2020, que después justificaron con un atestado falso.
La sentencia, consultada este lunes por Europa Press, condena a dos de los policías a siete años de prisión, al tercero a un año por delito contra la integridad moral y al cuarto a una multa de 1.080 euros por falsedad documental en el atestado, y deberán indemnizar al joven con 14.000 euros por daños y secuelas.
Esa noche el joven caminaba por el Raval pasado el toque de queda (eran las 23.30 horas) y tres de los agentes acusados les pararon, pero «los jóvenes no respondieron a la primera llamada de la policía, sí a la segunda cuando advirtieron que la orden iba dirigida a ellos».
Entonces los policías les pusieron contra la pared y les pidieron la documentación, y el tribunal señala que los jóvenes estaban calmados y obedecían mientras que quien estaba «más alterado» era el cabo, que les recriminó que tenían que parar si la policía se lo ordenaba.
El joven les criticó que deberían haber parado a otro hombre que les acababa de quitar cinco euros, algo que «molestó sobremanera al agente, el cual invadió el espacio de seguridad que él mismo había creado con los chicos y golpeó fuertemente con las dos manos la cara, a la altura de las orejas».
Después lo cogió por el cuello, lo golpeó contra la pared y lo tiró en medio de la calzada levantándolo de las piernas, con lo que el chico que se golpeó con la cabeza contra el asfalto.
Otro de los policías, que estaba registrando los datos de los jóvenes, vio toda la secuencia y «no solo no impidió la agresión llevada a cabo por el cabo sino que se sumó a la acción» y participó en detener, reducir y esposar al chico, que intentaba liberarse y escapar.
Dos ayudaron sin saberlo
Un tercer policía que formaba parte del indicativo notó que sus compañeros tenían dificultades para detener la chico y fue a ayudarlos a reducirlo e inmovilizarle, y en el juicio no se ha podido constatar que supiese «el origen ilícito» del arresto porque hasta ese momento estaba cacheando a otros chicos y estaba apartado y de espaldas.
Cuando entre ellos tres reducían al chico, se sumó el cuarto policía, que estaba en el coche patrulla y no había visto el inicio de la detención: se bajó del coche para ayudarlos, cogió al joven por las piernas a pesar de que estaban «quietas y sin que supusieron un riesgo para sus compañeros, con ánimo de hacerle más daño», presionó con la porra contra os tobillos del joven.
El chico pasó la noche en la comisaría de Les Corts y pasó a disposición judicial el día siguiente a las 12.30 horas, con varios golpes en la cara, los brazos y las piernas, y con tres dientes rotos.
En comisaría, el cabo y dos agentes «narraron y firmaron un hechos falsos en la minuta policial» para justificar la detención, y en este atestado falso afirmaron que el grupo de jóvenes estaban agresivos, abucheando a los agentes y sin obedecerlos, y afirmaban que el detenido había dado una patada a un agente y había intentado golpearle la cabeza.
GRABADO EN VÍDEO
Una vecina que fue testigo en el juicio grabó la detención desde su balcón, y en el juicio contó que después de denunciarlo había borrado el original de su móvil por orden de los Mossos, y a pesar de que las defensas lo pusieron en duda el tribunal le ha dado validez como prueba.
Al iniciarse la investigación judicial de este caso, los cuatro policías fueron cambiados de puesto de trabajo pero siguieron dentro del cuerpo, y fuentes de Interior consultadas por Europa Press han recordado que el caso «lo judicializó Mossos después de abrir una investigación interna y aprecias posibles indicios de delito».