El Palau de Les Arts de València ha estrenado 'Orfeo ed Euridice', de Christoph Willibald Gluck, una muestra de que lo sutil y lo esencial puede ser a la vez poderoso. Para la ocasión, el teatro de ópera cuenta con la propuesta escénica de Robert Carsen, con Gianluca Capuano en el podio y con el contratenor Carlo Vistoli al frente del reparto vocal.
La Sala Principal de Les Arts acogió ayer --con buena entrada teniendo en cuenta, entre otro factores, la celebración del 'superdomingo' fallero-- el estreno de un espectáculo, una coproducción del Théâtre des Champs-Elysées, la Canadian Opera Company, el Teatro dell'Opera di Roma y la Opéra Royal de Versailles.
En tan solo 90 minutos, se abordan cuestiones fundamentales del ser humano, como el amor, con un ejercicio intensamente dramático y una música bellísima, que incluye una de las arias más conocidas del repertorio: 'Che farò senza Euridice'.
El reparto esta encabezado por Carlo Vistoli, ovacionado por el público por su interpretación de Orfeo. El artista italiano irrumpió en el panorama internacional en 2015 con Le Jardin de Voix de Les Arts Florissants de William Christie. Desde entonces, ha emprendido una trayectoria ascendente, con trabajos con John Elliot Gardiner, Cecilia Bartoli, Philippe Jaroussky o Jean- Christoph Spinosi, entre otros.
En Les Arts, está acompañado por las sopranos Francesca Aspromonte (Euridice) y Elena Galitskaya (Amore). Además, el brillante Cor de la Generalitat tiene un muy destacado papel en la representación, que fue reconocido por los asistentes, al igual que la siempre loable labor de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, esta vez bajo la dirección de Gianluca Capuano.
Por lo que respecta a la puesta en escena, Robert Carsen --que ya presentó en el coliseo valenciano su aclamada visión de 'Elektra'-- se decanta por un montaje de corte minimalista y que rezuma buen gusto, sin ningún marco temporal concreto, y donde la escenografía de Tobias Hoheisel recrea un paisaje desnudo que va transformándose --del cementerio al infierno y el regreso al mundo de los vivos-- gracias a la iluminación de Carsen y Peter van Praet. Además, cuenta con un vestuario negro «de luto» muy eficaz, también de Hoheisel, que sirve de contraste a otros elementos blancos, como las mortajas.
Les Arts ha programado cuatro funciones de este título que, tras su estreno, se podrá ver también los próximo días 5, 7 y 9 de marzo.
Cambió el modo de hacer ópera
Estrenada en Viena en 1762 y conocida como la obra que cambió el modo de hacer ópera en los últimos años del Clasicismo, el 'Orfeo ed Euridice' de Gluck se adentra en el mito con el libreto de Raniero di Calzabigi. El texto interactúa hasta la simbiosis con la música y realiza un ajustado ejercicio de síntesis con solo tres personajes
--Orfeo, Eurídice y el Amor-- a los que hay que añadir los coros y el ballet.
Tras su 'Orfeo', Gluck compuso otras óperas en ese nuevo estilo «de la reforma» como 'Iphigénie en Aulide', en 1774, o 'Iphigénie en Tauride', en 1779.