El centro de protección animal de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) ha recogido pasado 181 perros sin dueño y ha dado en adopción a un total de 140 en los municipios de la provincia que han sido trasladados a las instalaciones de Movera para ser atendidos.
En concreto, el centro ha registrado una cifra «bastante inferior» a la registrada el año anterior, cuando recibe un total de 249 perros sin dueño.
El diputado delegado del centro de protección animal de la DPZ, Miguel Sanz, ha destacado la importancia de este servicio, que presta apoyo a los ayuntamientos de la provincia.
«Gracias a este servicio, se recogen los animales que aparecen en diferentes puntos de la provincia, vagando o perdidos, y se trasladan al centro de Movera donde los animales son atendidos», ha explicado Sanz.
Asimismo, Sanz incidido en que adoptar a estos perros es totalmente gratuito. «El pasado año se logró dar en adopción un total de 140 de los animales que estaban en este centro, 94 adopciones a particulares y 46 a colectivos y asociaciones», ha concretado.
«Se facilita el proceso de adopción dejando claro que la prioridad es fomentar las adopciones responsables y con todos los requisitos legales», ha subrayado Sanz.
Del total de los perros recogidos, ha indicado que 155 no tenían dueño y fueron localizados vagabundos por algún punto de la provincia; otros 25 fueron entregados directamente al centro y otro llega tras ser decomisado.
La Diputación de Zaragoza destina cada año una partida presupuestaria a la recogida y el cuidado de los perros sin dueño que aparecen vagando por toda la provincia o que son decomisados por el Seprona y el Gobierno de Aragón. Para el ejercicio de 2024 hay una partida de 590.000 euros destinada al servicio de recogida de perros vagabundos.
En los últimos seis años, desde 2016, este servicio ha recogido a un total de 1.823 perros y ha logrado encontrar un hogar para 1.795. «Esto demuestra que el sistema que tenemos implantado para buscar una familia a todos los perros de nuestro centro sigue funcionando con garantías», ha apuntado Sanz.
Perros potencialmente peligrosos
La tasa de adopciones del centro ha llegado a índices del 100 por ciento en alguna ocasión, aunque se mantiene la dificultad de dar salida a algunos perros.
«Los perros que más cuesta dar en adopción son los potencialmente peligrosos (PPP)», ha señalado el diputado delegado del centro de protección animal de la DPZ, quien explica que esto se debe a que el proceso para adoptarlos «se ralentiza ya que los dueños deben poseer la licencia obligatoria».
El centro de protección animal de la Diputación de Zaragoza se puso en marcha en 1994 para hacer frente al problema de salud pública de los perros vagabundos. Como la gran mayoría de los municipios no tenían recursos para resolverlo, la institución provincial aprobó un convenio marco al que están adheridos casi la totalidad de las localidades de la provincia, la capital tiene su propia recogida.
Los ayuntamientos son los únicos que pueden solicitar la retirada de animales abandonados o sin dueño. Cuando se recibe un aviso de recogida, los técnicos del centro de protección animal se trasladan al municipio, lo capturan y lo llevan a las instalaciones de Movera.
Si porta el chip obligatorio, se inicia un proceso para intentar localizar al dueño, con la implicación del ayuntamiento que ha dado el aviso. Si transcurre todo el plazo y el proceso sin haber podido contactar con el propietario, el perro pasa a manos de la Diputación.
Animales sin chip
Tanto esos animales como los que no llevan chip, que son la gran mayoría, son inscritos a nombre de la institución provincial en el Registro de Animales de Compañía de Aragón.
Para entonces, ya han sido atendidos por los veterinarios, ya que a todos los perros se les hace una exploración nada más llegar, se les curan las enfermedades o heridas que puedan presentar, se les desparasita interna y externamente y se les vacuna.
Una vez dados esos pasos, comienza el proceso de búsqueda de dueños para los perros. Normalmente, son adoptados a corto o medio plazo, aunque algunos llegan a pasar muchos meses en el centro. Pese a todo, incluso los casos más complejos se suelen resolver gracias a la colaboración de las sociedades protectoras de animales.