El Indicador de Confianza Empresarial de Aragón referido al tercer trimestre de 2023 retrocede significativamente, hasta un valor de 0,4, por cuestiones como el incremento de la incertidumbre geopolítica, la persistencia de la inflación, el continuo endurecimiento de la política monetaria y la ralentización de los flujos de comercio internacional.
Estos factores impactan en el Indicador de Confianza Empresarial de Aragón, puesto que el dato cosechado en la oleada anterior fue 3,9, ha informado la Cámara de Comercio de Zaragoza en una nota de prensa.
A pesar de ello, los datos económicos confirman una senda de crecimiento, tanto para la economía española como para la aragonesa que, si bien parecen moderarse, ningún escenario contempla por el momento la entrada en recesión.
Desde el finales de 2021, los empresarios aragoneses mantiene una «prudencia sistemática» a la hora de analizar la marcha de la economía y muestran mayor optimismo a trimestre cerrado que en relación con el trimestre venidero.
Situación y expectativas
En términos cuantitativos, los valores que alcanza el indicador de situación obtiene un valor de 3,8, no muy alejado del dato anterior, que fue 4,1; mientras que el de expectativas se coloca en terreno negativo y resulta -3, frente a la cifra anterior que fue de 3,7.
Asimismo, persisten los factores que a juicio de los empresarios aragoneses determinan en mayor medida la falta de crecimiento de sus compañías, como son la insuficiencia de demanda y la falta de mano de obra cualificada.
A pesar de que en el último año la población activa aragonesa ha aumentado ligeramente, sigue existiendo una dificultad entre las empresas para contratar personal cualificado, así lo refieren casi dos de cada tres empresas, según la Cámara de Zaragoza. La falta de demanda resulta aún más significativa en el caso del sector industrial y de la construcción.
El resto de los factores también mantienen de forma sustancial su importancia relativa en relación con lo observado en la oleada anterior son el aumento de la competencia (11,5%); las dificultades financieras (8,9%); los trámites administrativos (4,7%); y la falta de capacidad productiva (3,1%).