La Policía Nacional ha desarticulado en Alicante una organización criminal presuntamente especializada en delitos contra el patrimonio, tráfico de drogas y ocupaciones ilegales que, supuestamente, actuaba con «extrema violencia» y recurría a armas blancas y de fuego contra otros grupos delictivos para hacerse con el control de las actividades delictivas en la Zona Norte.
El operativo policial se ha saldado con la detención de siete personas, de entre 18 y 64 años y todas ellas con antecedentes, para los que el juzgado de instrucción en funciones de guardia ha decretado su inmediato ingreso en prisión, según ha informado la Comisaría Provincial este martes en un comunicado.
En esta operación ha sido necesario movilizar a "un gran número de agentes pertenecientes al Grupo de Delincuencia Especializada y Violenta y al Grupo de Crimen Organizado de la Brigada de Policía Judicial y a la Unidad de Prevención y Reacción, al Grupo Operativo de Respuesta y a la Unidad de Medios Aéreos, todos ellos tanto de la Comisaría Provincial como de la Zona Norte.
Según la Policía, como consecuencia de las luchas de poder entre ciudadanos argelinos que supuestamente querían hacerse con el control de la actividad ilícita en parte de Alicante, en cuatro meses se habían registrado varios hechos delictivos violentos en los que supuestamente se habían empleado armas de fuego y blancas de distinto tipo.
Los agentes llegaron a la conclusión de que se trataba de distintos episodios supuestamente llevados a cabo por un mismo entramado criminal, lo que dio lugar al inicio de una investigación en torno a varios grupos de ciudadanos argelinos relacionados entre sí con el objetivo de «hacerse fuertes» entre otros grupos de su misma nacionalidad y que presuntamente se dedicaban a la misma actividad delictiva.
El primero de los hechos violentos consistió en una reyerta en las inmediaciones de una peluquería, donde un ciudadano argelino sufrió un ataque con un hacha que le provocó heridas por las que tuvo que ser hospitalizado. Días después de estos hechos, los mismos autores le abordaron con tres vehículos para, según las manifestaciones de la víctima, detonar en varias ocasiones un arma.
A raíz de este primer hecho se generaron otros incidentes en barrios de la Zona Norte, donde los presuntos implicados eran las mismas personas. Dos meses después, se produjo una segunda reyerta en la que, en esta ocasión, la víctima sufrió un corte de grandes dimensiones desde la oreja hasta el cuello, del que tuvo que ser asistido en el Hospital General.
Días después hubo una tercera reyerta que terminó con varias detonaciones por arma de fuego, así como el empleo de un machete. Los testigos de los hechos informaron a los agentes que tres de los participantes en la reyerta habían huido en un vehículo y que otro se había refugiado en un domicilio cercano.
En una intervención en este inmueble los agentes localizaron e intervinieron un arma de fuego que estaba escondida en uno de los buzones que pertenecía al piso que, según manifestaciones vecinales, se encontraba okupado.
Tan solo dos días después de este último hecho, desde la Sala CIMACC- 091 se recibió otro nuevo aviso en el que se había producido una nueva reyerta entre varias personas, con un herido que sangraba abundantemente por la cabeza y la espalda. Los testigos relataron que un grupo de individuos, tras apearse de un vehículo, comenzaron a agredir a varias personas con machetes, pistolas y objetos contundentes.
El penúltimo de los hechos consistió en una serie de varios episodios de amenazas y coacciones, así como un intento de detención ilegal provocado como consecuencia de una discusión previa entre la víctima y dos varones a raíz de un patinete eléctrico que le habían sustraído.
El último de los incidentes tuvo lugar en un domicilio donde un grupo de ciudadanos de origen argelino supuestamente se hizo pasar por funcionarios policiales y, tras tocar a la puerta y abrirles los moradores, hicieron uso de un arma de fuego como medio intimidatorio y accedieron al interior.
Una vez dentro, solicitaron a las víctimas la entrega de todo el dinero que tenían, a la vez que supuestamente les golpeaban y ataban los pies y las manos. Como consecuencia de estos hechos, las víctimas sufrieron distintas lesiones y le fueron sustraídos varios teléfonos móviles y joyas.
Con estructura y reparto de funciones
Los presuntos integrantes de la organización tenían una clara estructura y reparto de tareas, mientras algunos se encargaban de las acciones violentas, otros se hacían cargo de las ocupaciones de viviendas en las que acogían a inmigrantes irregulares para incorporarlos al grupo criminal, beneficiándose de su situación de vulnerabilidad. Otros ejercían labores tanto de guardería como de distribución y venta de la droga.
Los agentes establecieron en torno a los investigados diversos dispositivos de vigilancia y seguimiento con los que determinaron la gran movilidad geográfica que tenían ya que supuestamente actuaban como un grupo itinerante que mantenía una constante conexión entre España, Francia y Argelia.
Los investigados residían en domicilios ubicados en la Zona Norte de Alicante que utilizaban como refugio tras llevar a cabo sus actividades penales. Los agentes pudieron determinar la ubicación y localización de los domicilios y la identidad del grupo.
En una primera operación, los agentes detuvieron a seis personas y practicaron cinco registros domiciliarios en Alicante en los que se intervinieron 17 kilos de éxtasis en pastillas; gran cantidad de benzodiacepinas y similares sujetos a receta médica, consumidos habitualmente por toxicómanos; cuatro armas de fuego con munición y seis machetes con los que perpetraron los asaltos, así como útiles para llevar a cabo los robos en domicilios.
Además, en los registros practicados se recuperaron teléfonos móviles y un patinete eléctrico que supuestamente habían sido sustraídos a diferentes víctimas. A los detenidos se les imputan delitos de pertenencia a grupo criminal, lesiones, detención ilegal, robo con violencia e intimidación, tenencia ilícita de armas, favorecimiento a la inmigración ilegal y tráfico de drogas.
Tras la detención de seis de los integrantes del entramado criminal, tuvo lugar otro suceso con arma de fuego en el que resultó herido un individuo. De los hechos tuvieron conocimiento los investigadores tras una llamada a la Sala CIMACC-091 en la que se alertaba de varios disparos ocasionados por un grupo de personas a otro varón.
A la llegada de los agentes al lugar comprobaron que la víctima había sufrido un disparo con un arma de fuego en una de sus piernas e inmediatamente fueron alertados los servicios de emergencias que trasladaron a esta persona al hospital.
Ante este hecho, los agentes realizaron gestiones con las que comprobaron que la víctima era uno de los presuntos integrantes de la organización criminal y que había participado en dos de los hechos violentos investigados: el de los alrededores de una peluquería y en la una reyerta que terminó con las detonaciones por arma de fuego y el empleo de un machete.
Además, los agentes le atribuyen una agresión con un hacha y una barra de hierro a una persona que sufrió heridas de gravedad en 2021.
Una vez dado de alta en el hospital, fue igualmente detenido.
En su declaración relató a los agentes que la agresión sufrida era consecuencia de haber ayudado a un amigo suyo a acudir al hospital y a la Comisaría de Policía a denunciar tras ser asaltado, torturado y robado en su domicilio, hecho relacionado con otro de los incidentes supuestamente cometidos por los investigados.