El juicio al exconseller de Interior Miquel Buch por presuntamente designar a un mosso como cargo de confianza para que escoltara al expresidente del Govern Puigdemont en el extranjero tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución empieza este miércoles en la Audiencia de Barcelona.
El juicio seguirá con pruebas testificales hasta el viernes, cuando está prevista la declaración de Puigdemont como testigo por videoconferencia; después, se retomará el jueves 13 de julio con los interrogatorios de los acusados y terminará el viernes 14 tras los informes finales, han explicado a Europa Press fuentes jurídicas.
La Fiscalía pide condenar a Buch a seis años de prisión y 27 de inhabilitación por los presuntos delitos de malversación y prevaricación, y en el juicio también está acusado el mosso Lluís Escolà, que había sido jefe operativo de la unidad de escoltas de presidencia durante el mandato de Puigdemont, como cooperador necesario.
Para el policía, el fiscal pide cuatro años y medio de cárcel y 23 de inhabilitación, y calcula que sus servicios costaron 52.712 euros públicos, por lo que reclama que Escolà y Buch paguen conjuntamente esta cantidad como responsabilidad civil.
Puigdemont fue cesado el 27 de octubre de 2017 al aplicarse el 155, y la Fiscalía que cree que, aun así, Escolà lo protegió en su casa los dos días siguientes y que, la noche del 29 de octubre, junto a otros mossos del área de escoltas y sin avisar a sus superiores, «organizaron un dispositivo clandestino» para escoltarlo hasta Francia, donde tomó un avión a Bélgica.
El día después de que Puigdemont se fuera, la División de Asuntos Internos (DAI) expedientó a Escolà y lo apartó de la unidad de escoltas: desde entonces y hasta el 12 de marzo, Escolà estuvo activo en el servicio un solo día, encadenando libranzas por vacaciones y permisos; y del 12 de marzo al 20 de julio estuvo de baja médica y no llegó a incorporarse a la comisaría de Martorell (Barcelona), donde había sido trasladado por el expediente de la DAI.
La Fiscalía afirma que, durante ese tiempo, Escolà viajó a menudo al extranjero, supuestamente para escoltar a Puigdemont, que se lo había pedido y que en ese momento ya estaba procesado por el 1-O, y lo acompañó a Bruselas, Lovaina (Bélgica) y Copenhague (Dinamarca).
Un cargo "específicamente programado"
Cuando el expresidente del Govern Quim Torra llegó a la Generalitat tras el 155, en mayo de 2019 nombró a Miquel Buch para dirigir Interior, y la Fiscalía acusa al exconseller de crear un cargo de asesor en materia de seguridad que supuestamente estaba «específicamente programado» para Escolà, de manera que pudiera prestar servicios de escolta a Puigdemont.
Según el fiscal, la creación de esta plaza de cargo de confianza «vino a suponer, a los efectos de incluir su elevada retribución dentro del presupuesto», dar de baja una plaza de la Unida de Investigación y otra en la Unidad de Seguridad Ciudadana de Ciutat Vella.
Escolà presentó el alta médica el mismo día que fue nombrado asesor, y el fiscal cree que la designa fue arbitraria y «respondía únicamente al propósito de procurar, desde el Govern de la Generalitat y con cargo a los fondos públicos, un servicio de escolta permanente» a Puigdemont.
El mismo día que fue designado asesor de Interior, Escolà viajó a París para custodiar a Puigdemont, y el fiscal lista 18 viajes que hizo estando en el cargo de asesor presuntamente para proteger al expresidente en Bruselas, Waterloo (Bélgica), Zurich, Delemont (Suiza), Munich (Alemania), Ámsterdam (Holanda), Vagar (Islas Feroe), Ginebra (Suiza) y Dublín (Irlanda).