El consejero de Sanidad en funciones de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha subrayado este viernes que la retirada de la mascarilla en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias acordada por unanimidad en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) «llega muy tarde» y ha censurado igualmente el contexto en el que se ha celebrado este encuentro, a las puertas de unas elecciones generales y con consejeros en funciones.
En la última reunión del CISNS del mandato, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han acordado esta medida al decaer la alerta por la pandemia de la Covid-19. Según han confirmado a Europa Press fuentes sanitarias, en lugar de una obligación, estará solamente recomendado llevar las mascarillas en estos espacios.
«Tampoco hemos entendido muy bien modificar un decreto o derogar un decreto para establecer unas recomendaciones si no hay emergencia sanitaria», ha subrayado a la salida de la reunión el responsable madrileño de Sanidad en funciones.
En el encuentro, ha explicado el consejero, Madrid ha defendido volver a los protocolos de actuación que marcan los servicios de medicina preventiva con cualquier tipo de infección y cómo hay que proteger a los vulnerables. En cualquier caso, la medida ha salido adelante por unanimidad y está previsto que llegue al Consejo de Ministros el próximo martes para su aprobación y posterior publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), cuando se hará efectiva la retirada definitiva de las mascarillas.
Según ha deslizado el ministro José Miñones en las últimas semanas, aún se podría mantener la obligatoriedad de las mascarillas en algunos espacios sanitarios donde haya especiales características y pacientes inmunodeprimidos, como las UCI, las zonas de oncológicos, quirófanos o Urgencias.
Al respecto, en base al documento abordado en la reunión y que habrá que tener definido totalmente para ver en qué situación exacta se aplica, Ruiz Escudero ha indicado que en el mismo sí que se hablaba de que los trabajadores, especialmente cuando trabajan con vulnerables y también en situaciones de infección activa, sean los que tengan que llevar las mascarillas.
Así, ha indicado que el criterio de definirlo «por dónde hay que llevar la mascarilla» ha cambiado para hacerlo «por las personas, en cuanto a su vulnerabilidad y en cuanto a la posibilidad de tener infección activa». «Yo creo que ese es un cambio importante y sobre todo que dada la situación que estamos viviendo, pues ya era el momento de tomar esta decisión. Nosotros creemos que habría que haberla tomado tiempo atrás», ha insistido.