Los vascos suspenden por primera vez a Osakidetza, que se coloca para un 43% de los ciudadanos de Euskadi como su segunda preocupación por detrás de la subida de los precios, que citan un 46% de los encuestados en el 'DeustoBarómetro Social XX' que elabora la Universidad de Deusto.
El estudio de la Universidad de Deusto, elaborado en función de un millar de entrevistas realizadas entre los días 6 y 16 de junio, ha sido presentado este viernes en Bilbao por sus directores del proyecto, María Silvestre y Braulio Gómez, junto al investigador Gorka Urrutia, y recoge información actualizada sobre cómo vive la sociedad vasca la actual situación económica, política y sanitaria.
Entre los problemas de Euskadi citados por los encuestados, pero más distanciados de los principales, se encuentran también, los recortes en los servicios públicos (20%), la delincuencia e inseguridad ciudadana (21%), la situación económica (16%), la vivienda y los desahucios (16%), la baja natalidad (21%) y el cambio climático y el medio ambiente (13%).
María Silvestre ha apuntado que «sigue consolidándose» la preocupación tanto por la subida de precios y la inflación como por la sanidad, que también se ve afectada en el grado de valoración que recibe.
El 47% de los vascos ve la situación económica de Euskadi «regular» (un 52% hace seis meses), un 43% la ve buena o muy buena (siete puntos más que en la oleada de invierno) y un 8% la considera mala o muy mala (dos puntos menos). Desde 2020, ha apuntado Silvestre, la tendencia es a «incrementarse en positivo», de forma que la gente considera que "estaríamos recuperándonos en parte de una crisis que vino provocada por el covid y, luego, la guerra de Ucrania.
En cuanto a las expectativas sobre la situación económica del País Vasco dentro de un año, solo un 6% cree que será mejor (8% hace seis meses), mientras que un 67% opina que será igual, siete puntos más que en la oleada de invierno, y un 22% considera que será peor (28% en diciembre).
Debido a la situación económica, un 42% de los encuestados asegura que, en los últimos seis meses, ha reducido gastos en calefacción, un 44% los realizados en ocio y un 25% los de alimentación. Así, un 27% dice haber reducido el consumo de carne o pescado y un 20% no compra ropa o calzado que realmente necesita.
Por lo que respecta a la valoración de los servicios públicos, la mayor puntuación la obtiene el transporte público, con 6,2 puntos (de 0 a 10), seguida de la educación en las universidades públicas (5,7 puntos), las carreteras (5,6 puntos), la educación en escuelas, colegios e institutos públicos (5,3 puntos) y los programas I+D (5,2 puntos).
En cuanto a las políticas públicas, Silvestre ha destacado que «dos pilares del estado de Bienestar» como son la atención sanitaria y las pensiones suspende, y Osakidetza lo hace por primera vez, con un 4,8 ambas. Así, ha apuntado que, en el caso el Servicio Vasco de Salud, la tendencia está «bajando significativamente desde 2021».
Otros servicios públicos que suspenden son la seguridad ciudadana (4,6), el servicio de empleo Lanbide (4,5), aunque tiene una tendencia ascendente ya que partía de unas valoraciones «muy negativas», y las políticas de vivienda (3,8).
Osakidetza
En el caso concreto de Osakidetza, la mayoría considera que se destinan pocos recursos (51,4%) o muy pocos recursos (29,8%) al funcionamiento del Servicio Vasco de Salud, lo que hace más del 80% de la población que estaría demandando una mayor inversión en recursos en sanidad, ha remarcado Silvestre, frente al 12,1% que considera que se destinan los recursos necesarios y un 1% que opina que son demasiados recursos.
Ante el dilema de subir o no los impuestos para mejorar el servicio de sanidad, «claramente la ciudadanía vasca, el 29%, se sitúa por el incremento de impuestos en aras de mejorar la calidad de Osakidetza». Por ello, ha advertido, «no solo se considera que hay pocos recursos, sino que se demanda un incremento de recursos por la vía impositiva».
Además, preguntados por la valoración que hacen de la atención recibida en los distintos servicios médicos de Osakidetza, un 78% afirma que las instalaciones sanitarias estaban en buenas condiciones, un 64% asegura haber sido atendido de forma presencial cuando la situación lo requería, también un 64% afirma que el personal médico de atención primaria le dedicó tiempo suficiente y un 58% en el caso del personal médico especializado.
La mayor crítica se da en la gestión de las listas de espera. Así, los porcentajes bajan cuando se les pregunta si lograron citas médicas de atención primaria con rapidez, ya que más de un 60% se muestra muy poco o nada de acuerdo con esta afirmación. En el caso de las citas médicas con el especialista, este porcentaje sube casi al 75%.
En relación a la satisfacción general con los distintos servicios de Osakidetza, Silvestre ha señalado que aunque este servicio suspende y se revela como la segunda preocupación de los vascos, los encuestados califican con un 6,4 el ingreso y asistencia en hospitales públicos, con un 6 las urgencias en hospitales públicos, con un 5,9 las consultas de atención primaria en centros de salud, con un 5,5 las urgencias en los centros de atención primaria y también un 5,5 las consultas especializadas.
En ese sentido, ha dicho que «se podría afirmar que existe una diferencia entre la valoración que se hace en general de la situación de Osakidetza y la que se realiza del servicio desde la experiencia personal, como pacientes o familiares de pacientes». En ese sentido, Braulio Gómez ha destacado que hay «un 19% que dicen que confían» en Osakidetza, pero que están «a punto de perder la confianza», y hay «un 38% que confía menos» y, en esa línea, María Silvestre ha reiterado que «la preocupación por Osakidetza radica precisamente en que es algo que se valora y que se quiere mantener en el futuro».
Con respecto a la preferencia entre sanidad pública o privada, el 81% de los entrevistados se decanta por la primera en el ámbito de la atención primaria y el 71,2% en el caso de las consultas de pediatría. El porcentaje baja al 69,2% cuando se trata de consultas de Traumatología y al 65,3% de Ginecología o Urología.
Por otro lado, un 57% está muy de acuerdo y un 31,9% bastante de acuerdo con que falta personal sanitario, un 45,5% está muy de acuerdo y un 34,3% bastante de acuerdo con que el personal sanitario tiene motivos para movilizarse y protestar por sus condiciones laborales.
Asimismo, un 25,7% está muy de acuerdo y un 43,8% bastante de acuerdo con que Osakidetza funcionaría mejor si la ciudadanía usara de forma más responsable los servicios sanitarios públicos, mientras que un 32,9% está poco de acuerdo y un 44,5% nada de acuerdo con que los ambulatorios pueden cumplir su función aunque no haya ningún médico y estén atendidos por personal de enfermería.
En cuanto al futuro de Osakidetza, más del 78% de los entrevistados creen probable que en los próximos años no haya suficiente personal médico en la Atención Primaria, un 73% piensa que es posible que tengan que pagar más por los medicamentos que se receten y un 60% considera posible que se avance en la privatización de algunos servicios sanitarios, sin que eso afecte al hecho de tener que pagar como usuarios.
Según ha indicado Silvestre, no están tan de acuerdo ante la posibilidad futura de que la sanidad privada venga a sustituir a la pública, sino que hay «una clara apuesta de apoyo y refuerzo al sistema sanitario vasco, por un incremento de la fiscalización para su mejora y ni siquiera se proyecta la posibilidad de que se privatice y tengamos que pagar por ser cuidados en el ámbito sanitario».