La Mesa por la Discapacidad, un proyecto impulsado por la delegación de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Zaragoza, tiene como objetivo de incluir en la Iglesia, de una mejor manera, a la persona con discapacidad, generando una mayor conciencia social y eclesial para que comiencen a visibilizar a estas personas como sujetos activos de la evangelización.
Desde la Archidiócesis de Zaragoza han precisado que se trata de un «ambicioso proyecto», que ha sido presentado este lunes por la delegada de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Zaragoza, María José Sánchez, y por el secretario general del CERMI Aragón (Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad), José Luis Catalán, entidad colaboradora del proyecto.
También han participado los representantes de la Mesa, en su mayoría personas con diferentes discapacidades, y el arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano, que ha dirigido unas palabras de aliento a los responsables del proyecto.
El objetivo de la Mesa es generar la plena inclusión de la persona discapacitada en la Iglesia, creando una orientación y formación tanto a la persona discapacitada, como a los que lo acojan y acompañen.
Con el motivo de conseguir este propósito, se ha elaborado una guía para poder dirigirse adecuadamente a las personas con diferentes discapacidades, teniendo en cuenta las recomendaciones y orientaciones de las entidades CERMI Aragón, integradas por la discapacidad sensorial (auditiva y visual), física y orgánica, mental e intelectual.
La guía da unas indicaciones generales y también aborda mitos y prejuicios, además de detenerse en las recomendaciones para las diferentes discapacidades.
Orientaciones
Este documento recalca que hay que tener clara la condición de persona por encima de la discapacidad, respetando en todo momento su dignidad, tratarla de forma natural, dirigiéndose directamente a ella, no a su acompañante, y con un tono de voz normal, evitando la sobreprotección.
Hay que centrarse en las capacidades y no en las limitaciones, tener una visión positiva, ponerse en su lugar y mantener una relación de calidad. El trato adecuado con estas personas también incluye respetar las plazas de aparcamiento reservado, no sólo en la vía pública, sino también en los aparcamientos privados.
Asimismo, antes de ayudar a alguna persona con discapacidad, se ha de preguntar con naturalidad si lo necesita y cómo se puede colaborar. Las diferencias individuales, aptitudes personales, nivel de autonomía hacen que cada persona tenga niveles diferentes de funcionamiento, aunque tengan el mismo tipo de discapacidad.
También se ha de evitar paternalismos y facilitar su toma de decisiones, la manifestación de sus puntos de vista, opiniones, capacidades y derecho a participar.
Además, salvo que la relación con la persona con discapacidad sea de amistad o de carácter profesional, no se debe indagar en el diagnóstico de la enfermedad o deficiencia que origina la discapacidad observable.
En la guía se subraya, igualmente, que fomentar la inclusión de las personas con discapacidad mejorará su autoestima y el concepto que el resto de la sociedad tiene de ellas.
Apostolado seglar
La Delegación Episcopal de Apostolado Seglar es el órgano encargado de animar, coordinar, e impulsar el apostolado asociado y no asociado de los laicos, promoviendo en esta acción un ejercicio de comunión y sinodalidad eclesial.
Cuenta con un equipo diocesano que está formado por laicos y laicas procedentes de diversas realidades eclesiales presididos por María José Sánchez, Delegada Episcopal de Apostolado Seglar y representante de la Provincia Eclesiástica de Zaragoza en el Consejo Asesor de Laicos (CEE), acompañados por el Consiliario, William Otálvaro.